miércoles, 30 de septiembre de 2009

Palabras


A veces siento que no encuentro las palabras que necesito para poder expresar lo que tengo en el corazón. Mi mente busca las que mi corazón le pide para poder mostrarse, pero no siempre consigue encontrarlas porque en esto los dos son muy exigentes y en muchas ocasiones acaban ambos frustrados. Quizá por eso siempre he sido una experta en silencios.

Pero precisamente por eso, porque sé mucho de silencios, entiendo el silencio de los demás. Hay personas que cuando ven a un amigo pasándolo mal, se empeñan en que ese amigo les cuente qué le pasa, que se sentirá mejor, insisten, insisten, pero a pesar de su buena voluntad en realidad sólo buscan encontrarse bien ellos en relación a su amigo, quitarse el malestar de verle así, empeñarse en ayudar para sentir que han intentado hacer algo. Pero un buen amigo es capaz de aguantar ese malestar y esperar a que la otra persona elija el momento de hablar, o incluso que elija no hacerlo. Un buen amigo respeta el silencio, está ahí, como decía mi querida Luna, a una distancia de 15 minutos, pero siempre esperando.

Elige hablar ahora, o después o dentro de un año. Elige si quieres hablar o si quieres callar. Elige lo que quieras decirme. Elige, porque siempre podrás contar conmigo.

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lunes, 28 de septiembre de 2009

Culpa

Si un niño agoniza, poco a poco, en silencio,
con el vientre abombado y la cara de greda.
Si un bello adolescente se suicida una noche
tan sólo porque el alma le pesa demasiado.
Si una madre maldice soplando las cenizas.
Si un soldado cansado se orina en una iglesia
a los pies de una Virgen degollada, sin Hijo.
Si un sabio halla la fórmula que aniquile de un golpe
dos millones de hombres del color elegido.

Si las hembras rehuyen el parir. Si los viejos
a hurtadillas codician a los guapos muchachos.
Si los lobos consiguen mantenerse robustos
consumiendo la sangre que la tierra no empapa.

Si la cárcel, si el miedo, si la tisis, si el hambre.
Es terrible, terrible. Pero yo, ¿qué he de hacerle?
Yo no tengo la culpa. Ni tú, amigo, tampoco.
Somos gente honrada. Hasta vamos a misa.
Trabajamos. Dormimos. Y así vamos tirando.
Además, ya es sabido. Dios dispone las cosas.

Y nos vamos al cine. O a tomar un tranvía.


(Ángela Figuera Aymerich 1902-1984)

martes, 22 de septiembre de 2009

El regalo

Hoy mi Ángel de la Guarda ha recibido un regalo. Un regalo inesperado, a pesar de llevar anunciado ya algún tiempo en un lugar cercano. El regalo acompañaba a un "gracias" de corazón y ella ha dicho que no hacía falta, que los amigos hacen esas cosas, que están para eso, pero yo creo que sí era necesario.

Tú me has dicho muchas veces que las relaciones hay que cuidarlas, que hay que invertir tiempo en ellas, que no se deberían dar por sentadas tan a la ligera. No sé si sabes hasta qué punto doy gracias de que seas mi amiga, que me salvaste, que gracias a ti comencé a salir del agujero oscuro en el que llegué a encontrarme, que no sé qué habría hecho si aquel día no hubiera podido hablar contigo. Sé que esto te da muchísima vergüenza, y como a mí también, pues te lo dejo dicho aquí y así la próxima vez que nos veamos no nos decimos nada y ya está.

Muchísimas gracias. Y, por favor, guárdame alguno, que están buenísimos.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Otoño


Oficialmente todavía le quedan unos días a este verano, pero en realidad ya se ha marchado. Se nota en el ambiente, el fresco, la lluvia, los días más cortos. Con lo que me gusta el calor, pero claro, no me puede gustar otra cosa, soy una orquídea...

Mis amigos han estado toda la semana pendientes de mí. Mi mejor sólo-amigo, mi amigo rojo de ojos verdes, mi cuasi-prima y la extraña pareja. Y, por supuesto, mi Ángel de la Guarda. No sé qué habría hecho sin ella, y así se lo decía a mi querido náufrago. No quiero ni pensarlo.

Tengo mi ropa de abrigo guardada en cajas, pero creo que al final no la usaré. Creo que voy a darme algún capricho y voy a comprar cosas nuevas. Necesito cosas nuevas y bonitas, y voy a invertir tiempo en buscarlas. Quiero verme bien.

Tengo ganas de estrenar, estrenar ropa, estrenar momentos, estrenar una nueva etapa de mi vida. Tengo ganas, y eso es buena señal.

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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Todo es extraño


Todo es extraño. Nuestras miradas, nuestros colores, los temas de conversación. Todo tiene una pátina rara. Todo está en el aire, en esos eternos segundos en los que contenemos el aliento, esperando.

Mientras tanto, el tiempo pasa tan despacio que parece de piedra. Y leo que hay quien rehace su vida en apenas un verano mientras miro mis escombros, todavía diseminados y todavía calientes, y miro los tuyos, que te llenan los ojos de ceniza.

Yo también estoy cansada. Muy cansada...

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martes, 15 de septiembre de 2009

Y después de la tormenta...


Cada vez duran menos. Cada vez el malestar desaparece antes. Los días de tranquilidad ya predominan.

Incluso hay momentos en los que, como dice mi querido náufrago, sale el sol. Un sol todavía huidizo que nos calienta en estos días tristes y que nos devuelve por un momento nuestros verdaderos colores antes de que los nubarrones grises vuelvan a difuminarlos y a quitarnos el brillo de la mirada.

Pero el tiempo, como el viento, los arrastrará lejos de nosotros, trayendo en su lugar días azules de risas, juegos, complicidad, conversaciones eternas, caricias sin prisas y palabras libres, sin censura.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Domingo de tormenta

El caso es que el día de hoy no ha empezado mal, pero a media mañana unos densos nubarrones han decidido reunirse encima de mi cabeza, y ahí siguen. Hoy no debería haber abierto esas cajas. Hoy no.

Tengo ese sabor amargo en la garganta y muchas ganas de gritar.

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jueves, 10 de septiembre de 2009

Decisiones




Tomar decisiones puede resultar una de las tareas más duras a lo largo de la existencia, y cuando es de tal calado que supone un cambio de vida, es importante que el propio proceso de tomar esa decisión esté bien hecho. Una cosa es que una decisión tenga consecuencias imprevistas o que llevarla adelante sea más o menos duro, y otra muy distinta es que la propia decisión esté bien o mal tomada. No se puede tomar una decisión en un arrebato, o sin contar con toda la información o la serenidad necesaria. De una decisión así uno se suele arrepentir, lo que hace todo mucho más doloroso y complicado.

El problema es que para tomar una buena decisión no sólo hay que sentir, hay que reflexionar mucho, y el estado de ánimo en el que se está no ayuda precisamente a pensar con claridad. Pero es necesario. Es necesario elaborar dolorosas listas de cosas a las que se renuncia, frente a cosas que se ganarán con el tiempo. No sólo dejaremos atrás lo malo, también tendremos que despedirnos de lo bueno. Y eso duele, duele muchísimo.

Así que más vale tener claros los motivos por los que decidimos un camino u otro, porque una vez emprendido éste volvemos a pensar sobre la decisión aunque no queramos, y es posible que la mente o el corazón nos jueguen malas pasadas.

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miércoles, 9 de septiembre de 2009

Belleza


Le decía el otro día a mi querido náufrago que necesito belleza en mi vida. Me han hecho daño y lo he hecho yo, y mucho en ambos casos. Por ello, mi mente es todavía un barullo de pensamientos -aunque eso sí, con algunas guías bien claras que me llevarán a donde me he marcado como destino-, mi corazón sigue a lo suyo y mi cuerpo lo acusa a diario, haciendo un nudo sobre otro en los músculos de mi espalda.

Y es ahora cuando necesito ver, oír y sentir cosas bonitas, que actúan como bálsamos que alivian el dolor en los malos momentos y que acompañan en los momentos tranquilos. Necesito ver (con toda la intensidad que se le puede dar a ese verbo) el Universo una noche cálida y sin nubes, necesito oír la música que encuentra su eco y me resuena por dentro, necesito leer las palabras que me mecen y me besan con suavidad la mente, necesito notar el sol y el agua salada sobre la piel y, sobre todo, necesito sentir la magia que está detrás de todas las cosas cotidianas.

Y es verdad, toda esa belleza está a mi alrededor. A veces me resulta asombroso lo fácil que es percibirla...

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domingo, 6 de septiembre de 2009

Otra vez


Otra vez me roban mis silencios. Otra vez me encuentro mostradas a la vista de todos las palabras que quería guardar, como los papeles o las fotos que aparecen desperdigadas por la calle después de un terremoto. Otra vez.

Los pocos rincones de intimidad que tengo en el exterior de mi cabeza se ponen al descubierto, contra mi voluntad. Lo dije, y muy claro: mi intimidad está en lo que callo. Y tú me lo robas, una y otra vez.

Ayer me exigiste que no hable más contigo. Hoy te exijo yo que no hables más de mí.

viernes, 4 de septiembre de 2009

El tiempo


El tiempo
Cargado originalmente por EConde

Medimos el tiempo en intervalos regulares: horas, minutos, segundos... pero no hay nada que apreciemos de forma más relativa. El tiempo pasa deprisa cuando las rutinas marcan el ritmo de la vida: las semanas pasan rápido cuando en nuestras vidas no ocurre prácticamente nada nuevo. Después de Semana Santa y casi sin darnos cuenta llega el verano, y luego el verano se ha ido y de repente ya es Todos Los Santos. Y de ahí, al turrón de la Navidad, un suspiro. Y enseguida, otra vez Semana Santa.

Pero ocurre justo al contrario cuando hay cambios, situaciones nuevas, acontecimientos que se unen a ciertas fechas, recuerdos que quedan engarzados al calendario como pequeñas joyas hechas de memoria. Entonces, el tiempo se estira, se ralentiza, como una imagen a cámara lenta, como los movimientos de un buceador; precisamente por el peso de esos acontecimientos.

Mi tiempo es así ahora, denso y pesado, y vuelvo a mirar al reloj y las manecillas siguen en el mismo sitio, burlonas...

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miércoles, 2 de septiembre de 2009

Vértigo


Todavía con vértigo en el estómago, me empeño en que mi mente conserve las riendas, en que mi cuerpo descanse, en que mi imaginación no me juegue malas pasadas. Y mi corazón... ay, mi corazón.

Todavía no consigo mis rutinas, no intuyo el futuro, no se aclara la niebla. Demasiado ruido como para oír la música.

Pero esto es la vida y, como dijiste, estamos en el mejor de los Universos posible.


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