viernes, 29 de enero de 2010

El rato que le queda a este día


Fairy Tale
Cargado originalmente por www.mediawork.ws
Hoy ha sido uno de esos días de viaje de ida y vuelta a otra ciudad, largo, cansado y lluvioso, de esos en los que parece que no llega la hora de volver a casa. Esta semana no he dormido mucho, así que mi mente va ralentizando su ritmo y mi espalda me duele, como protestando de antemano para que hoy nos vayamos a la cama pronto.

Pero en este rato en el que todavía estoy aquí sentada mi corazón flota libre como siempre, porque a él no le afecta ni el sueño, ni el hambre, ni el cansancio. Y vuela, cómo no, y recuerda... tus manos, mi piel, tu mirada, tu voz susurrada, la sensación de que te sumerges en mí de todas las formas posibles, los besos que te doy con todos mis labios, mi respiración en tu oído, las sonrisas cómplices, mis caricias, tus palabras, a las que echo tanto de menos...

Así que dejaré que mi corazón siga recordando hasta que me duerma, dejaré que siga contigo durante el rato que le queda a este día.

martes, 26 de enero de 2010

Querida desconocida

Sólo sé de ti por un seudónimo y unas breves frases de no más de 140 caracteres dirigidas a un vecindario variopinto, pero de alguna manera tus palabras y lo que expresan me han resultado cercanas. La sensación tan intensa de malestar que el cuerpo interpreta como de dolor, el sabor agrio en la garganta, el no reconocerse en el espejo, el no poder pensar en el futuro. Sí, todo eso me es familiar.

Recuerdo que los que me quieren me intentaban animar diciéndome que no me preocupara, que saldría del pozo, que en poco tiempo estaría bien. Pero yo les explicaba que esto es como una herida enorme en alguna parte del cuerpo: al principio sólo puedes pensar en lo que duele y en lo que sangra, y sí, luego llega el día en que deja de sangrar, se va cerrando poco a poco con nuevos tejidos y al final queda la cicatriz, porque las cosas nunca vuelven a ser iguales. Por eso, al principio no sirve de mucho que te digan que la herida por muy fea que parezca con el tiempo se curará, que la cicatriz no duele, porque aunque tengan razón lo único que quieres es que pare la hemorragia y que no duela tanto ahora, pero para eso no existen analgésicos eficaces. El tiempo es la medicina más barata y más efectiva para ello, pero ¡ay! qué despacio pasa. A veces es realmente desesperante.

Así que escribo estas líneas pensando en ti, querida desconocida. Y aún sabiendo que no supondrán un gran consuelo, quiero pedirte que dejes que el dolor se disuelva poco a poco en los días que vengan y que te cuides mucho, que llegará la primavera con su luz y su suave temperatura, pero que mientras tanto quizá puedas encontrar el calor en este extraño presente en los abrazos de los buenos amigos y en el cariño contenido en los pequeños mensajes de amor de no más de 140 caracteres que llevan tu nombre.

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miércoles, 20 de enero de 2010

Un minuto y cuarenta y tres segundos

No ocurre nada extraordinario en realidad. Estoy aquí sentada, buscando, leyendo y encontrando tesoros escondidos en la red, escuchando algo de música, mirando fotos, intentando (sin conseguirlo) comenzar a escribir el capítulo más duro de mi Moleskine,... lo que hago algunas de estas ya no tan nuevas tardes de mis ya no tan nuevas rutinas.

Es un miércoles como cualquier otro. No ha pasado nada diferente.

Sólo que hoy concretamente, no sé por qué, mientras escuchaba una canción cortita, de un minuto y cuarenta y tres segundos de duración, he pensado en ti. Y mi color se ha atenuado un poco. Durante ese minuto y cuarenta y tres segundos he brillado un poco menos, y el tiempo medido por ese minuto y cuarenta y tres segundos ha vuelto a ralentizarse, a hacerse pesado, denso.

Y es que en ese minuto y cuarenta y tres segundos te he echado de menos. Te he echado muchísimo de menos...

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La canción cortita de un minuto y cuarenta y tres segundos

sábado, 16 de enero de 2010

See the Sun

Hoy he escrito en mi Moleskine una de las partes más tristes de la historia. Quizá no he escogido el mejor día para esa parte, pero ha surgido así. Ahora tengo una mezcla de sentimientos difícil de describir. Por un lado, me he envenenado con las palabras escritas con la tinta ya podrida del pasado, pero por otro contemplo el camino que he recorrido desde entonces, y respiro tranquila. El dolor ha quedado ya en el pasado, y aunque su recuerdo es poderoso todavía, ahora ya sólo es eso, un recuerdo.

Ahora, cuando cierro el Moleskine y me siento aquí al teclado, pienso en el futuro. Es cierto que estoy en el cruce, esperando, pero en ese cruce ya no tengo que mirar hacia atrás. Y así, mientras espero tranquilamente, disfruto de momentos como éste, en el que ese futuro me acaricia la piel del corazón de la misma forma que siento en la piel el calor de los rayos de sol de la playa que conozco tan bien.

Ah, y qué bien sienta ver el sol...

See the Sun
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miércoles, 13 de enero de 2010

Haiku de Jean


Abrázame fuerte
Escucha mi respiración
Atrapa mi alma




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martes, 12 de enero de 2010

Shape of my heart


- He visto tu entrada.
- No dice gran cosa...
- Dice algunas cosas.
- En realidad no logra expresar lo que tengo en la mente y en el corazón, pero no importa.
- Las palabras son sólo palabras. Son como recipientes sobre los que depositamos el sentido; sentido sobre el que depositamos nuestros pensamientos y emociones. La palabra sólo es el recipiente... y a veces el recipiente no es el adecuado... pero basta con saber mirar dentro para averiguar su contenido.


Sí, pero saber mirar de esa forma no es tan fácil, mi querido náufrago, especialmente si se trata de las palabras de una especialista en silencios. Por eso contigo tengo paz.

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Gracias, Nicolasa, por traer esta canción a mi presente.

lunes, 11 de enero de 2010

Nara


Hace algunos días la bella Nicolasa me invitó a uno de los lugares más bonitos que he visitado hace tiempo: una ventana asombrosa a un mundo entero de música. No paro de recordar, buscar, escuchar, descubrir y emocionarme...

Aunque es verdad que, como le expliqué, este último año de mi vida para mí la belleza ha estado sobre todo en las palabras: las que tomé prestadas con agradecimiento, las que pronuncié, las que escribí y las que fueron escritas sólo para mí, algunas de las cuales me fueron robadas de la manera más ruin, al igual que la intimidad que guardaba con mi silencio.

Soy consciente ahora del hambre que tenía de belleza en todos los sentidos. Ya lo fui intuyendo hace algún tiempo y te lo dije, ¿recuerdas?. Lo que ocurre es que entonces el dolor formaba parte de mi presente e impedía que pudiera apreciarla con serenidad, como ahora, aunque entonces sin duda me sirviera de bálsamo.

Y ya no necesito bálsamos. Ya no.

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música

martes, 5 de enero de 2010

The Three Wise Men

Estos últimos años solía ir a ver la Cabalgata. Disfrutaba gritando los nombres de los tres Reyes Magos a su paso hasta desgañitarme, y la mayor parte de las veces conseguía que a pesar del griterío mirasen hacia donde solíamos estar viéndolos. Tenía niños a mi alrededor y aún así creo que yo me lo pasaba mejor que ellos.

Pero este año no he ido a verla. No sé si es que hace un frío horroroso, que no me apetece gritar o que no me he portado muy bien este año y quizá los Reyes no me traigan lo que quiero, aunque pensándolo bien los años que fui buena tampoco lo hicieron, así que sospecho que eso de ser una niña buena o mala no importa demasiado. Y francamente, llamadme rara pero lo prefiero así. Siempre he odiado el cuento de la Cenicienta.

Pero tengo suerte, porque el año 2009 me ha traído lo que necesitaba. Y es curioso, lo mejor de todo es que ya lo tenía en realidad. Sólo he tenido que abrir los ojos y mirarme en un espejo. Así que no me importa que sus Majestades que me traigan nada.

Bueno, aunque unos botines negros de tacón ideales que ví el otro día en un escaparate...
walk home 1:19

domingo, 3 de enero de 2010

La caja de Pandora

- Que te desvistas sin necesidad de un biombo no quiere decir que yo vaya a mirar siempre que te desnudes... lo que debería querer decir es que no necesitas biombo porque sabes que a veces apartaré la vista, y otras no.


- Me parece bien, pero en esta ocasión no pondré yo el biombo, elegirás tú si me miras o no. Es una gran diferencia.


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