Me metí en el papel tan convincente y conveniente para ti que respiraste tranquilo, pero esa superficie sobre la que has descansado parece tan lisa y elástica solo por fuera. Por dentro las costuras se me clavan como cuchillos y la distancia no me deja respirar.
No era un buen disfraz para mí, al fin y al cabo, aunque quise creerlo y ahora que está al descubierto se me antoja pobre y ridículo, ahora que hace ya algún tiempo que desperté de esa ensoñación, ese estado de coma emocional en el que viví durante años porque solo venía bien mi risa, mi lado bueno, mi parte fácil.
Y no quiero tener que dormir otra vez para que haya tranquilidad. A pesar de la sangre y el dolor, prefiero la guerra abierta a otra inyección de sedante emocional.
imagen
Derivada segunda
-
En algún momento nos arrepentimos de algo.
Algunos pedimos perdón.
Después llegan los que nos hacen arrepentirnos de haber pedido perdón.
Hace 5 años