jueves, 5 de diciembre de 2013

Desde fuera

Enquanto isso...

Os he visto a través de su pequeña ranura.
Solo un breve momento, una pincelada. 
Pero ahí estabais, todos y cada uno.

Y lo único que me ha venido a la cabeza es que no solo es pequeña la ranura
por la que mira,
sino también su manera de mirar.



domingo, 1 de diciembre de 2013

Dilo en voz alta

Lomography Mosaic (Here we go!)

Te has equivocado.

Quizá todavía no lo sabes, o no eres consciente. O no quieres serlo.

Son pequeños detalles, como algún horario intempestivo que medio justificas, alguna palabra de difícil encaje que haces que encastre para poder olvidarla, o esa vaga sensación de malestar en la boca del estómago que aparece a veces y que obvias.

Has metido la pata.

Lo malo es que no lo admitirás. Lo entenderás todo encogiéndote de hombros y pintándote una sonrisa cada vez menos sincera. Siempre habrá una explicación que parecerá más o menos convincente. O que te empeñarás en que lo sea. O que al menos servirá para cubrir el expediente, sin darle muchas vueltas.

Sin embargo, ahí está. A la luz del día, en toda su tibieza.
Pero claro, ¿a quién podrías contárselo ahora?


martes, 5 de noviembre de 2013

Castillo de naipes

Sin títuloDecidí dejar que la vida me despeinara. ¿Por qué no? Enseguida me di cuenta de que tenía poco que perder. Supe entonces que podía cambiar de planes y adentrarme por otros caminos, incluidos los de mi interior. Y allí estabas, dentro y fuera, siendo más inesperado lo primero -he de decir-.

Pero lo raro no fue eso, lo raro fue que se me hubiera olvidado. Me refiero tanto a la posibilidad de cambiar la vida como a la imposibilidad de planificarla.

Planificar la vida... Qué aburrido nos suena eso ahora, ¿verdad?



miércoles, 30 de octubre de 2013

Dos copas de cava

Champagne
No había garantías, era imposible que las hubiera. El hecho de que nos hubiéramos conocido y amado entonces no nos aseguraba que hoy, veinte años después, fuéramos a acabar aquí, frente a frente, con dos copas de cava chocando en el aire y brindando por lo afortunados que somos.

Y es que tú y yo no hablamos de garantías por escrito ni de promesas de amor eterno. Tú y yo hablamos de probabilidades y apuestas, quizá porque sabemos que no estaremos ni aquí ni en ningún otro lugar para siempre. Que no existe ninguna clase de eternidad.

Que lo que de verdad tenemos son momentos a los que dar peso y profundidad. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

Pluma

Feather Cloud
Más allá del olvido
mis recuerdos ya no tienen aquel peso
ni en mis párpados
ni en mis pulmones.
Ahora son ligeros,
inofensivos,
como una pluma suelta
que quizá, si se empeñara
muy en serio
solo podría hacerme cosquillas.

Y reiría.

Qué pequeñas se ven las cosas desde lejos...

Imagen


jueves, 12 de septiembre de 2013

En un principio, te sentarás a cierta distancia...

[...]
-Acércate...ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-¿Jugar contigo? No..., no puedo -dijo el zorro- Aún no estoy domesticado.
-Ah! Perdón -se excusó el principito.
Interrogó, luego de meditar un instante:
-Has dicho "domesticar"? Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -afirmó el zorro- ¿Puedes decirme qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres -respondió el principito- Dime, ¿qué significa "domesticar"?
[...]
-Ah!..., es una cosa muy olvidada -respondió el zorro- Significa "crear lazos".
-¿Crear lazos? -preguntó el principito.
-Así es -confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para ti más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas..., sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
-Creo que empiezo a entender -dijo el principito- Hay una flor... Creo que me ha domesticado.

[...]

¡Mira! ¿puedes ver allá a lo lejos los campos de trigo? Yo no como pan, por lo que para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo nada me recuerdan. Es triste! Pero tú tienes cabellos de color oro. Cuando me hayas por fin domesticado, el trigo dorado me recordará a ti. Y amaré el sonido del viento en el trigo...
El zorro en silencio, miró por un gran rato al principito.
-Por favor... ¡domestícame! -suplicó.
[...]
-Y... ¿qué es lo que debo hacer? -preguntó el principito.
-Debes tener suficiente paciencia -respondió el zorro- En un principio, te sentarás a cierta distancia, algo lejos de mí, sobre la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra suele ser fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca.

Lo esencial es invisible a los ojos.


[...]
Fue así como el principito domesticó al zorro. Pero al acercarse la hora de la partida:
-Ah! -dijo el zorro- Voy a llorar.
-No es mi culpa -repuso el principito- Tú quisiste que te domesticara, no fue mi intención hacerte daño...
-Sí, yo quise que me domesticaras -dijo el zorro.
-¡Pero dices que llorarás!
-Sí -confirmó el zorro.
-¿Ganas algo entonces? -preguntó el principito.
-Gano -aseguró el zorro- por el color del trigo.

Luego sugirió al principito:
-Vuelve y observa una vez más el jardín de rosas. Ahora comprenderás que tu rosa es única en el mundo. Cuando vuelvas para decirme adiós, yo te regalaré un secreto.

[...]

Regresó hacia donde estaba el zorro:
-Adiós -dijo.
-Adiós -dijo el zorro- Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito a fin de acordarse.
-El tiempo que dedicaste a tu rosa, es lo que hace que ella sea tan importante para ti.
-El tiempo que dediqué a mi rosa... -repitió el principito para no olvidar.
-Los hombres ya no recuerdan esta verdad -dijo el zorro- En cambio tú, por favor... no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
-Soy responsable de mi rosa... -dijo en voz alta el principito a fin de recordar...


El Principito (Capítulo 21)
Antoine de Saint-Exupéri

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Espejito, espejito mágico...


Somos quienes somos.
Y elegimos nuestros afectos,
siempre que no se trate
de la sangre
sino del corazón.




Al fin y al cabo,
la sangre no tiene ojos.


Imagen propia

martes, 18 de junio de 2013

Momentos

Nel momento
Es como un hilo engarzado con pequeñas piedras preciosas o como un montón de pompas de jabón flotando en el aire.  Tan valiosas como frágiles.

A veces el destino se las ingenia para ofrecer una de esas posibilidades. El truco está en darse cuenta y reaccionar a tiempo para atraparlas. Pero no siempre tenemos abiertos los ojos. Puede que incluso ese momento crucial desaparezca en un simple parpadeo... Me acuerdo algunas veces de cuando viví con los ojos cerrados.

Pero no sirve de nada lamentarse. Ese pasado con sus oportunidades no volverá, pero hay un futuro que todavía es nuestro, mi querido náufrago. Un futuro lleno de pequeñas joyas, pompas de jabón y de momentos que tú y yo sí seremos capaces de atrapar.


viernes, 31 de mayo de 2013

La vida...

In the Blink of an Eye
cuando mis ojos
se cierran y se abren
todo ha cambiado



Mario Benedetti

sábado, 18 de mayo de 2013

Planes

Honolulu, HNL runway 8R
Hacemos planes y estos cambian como si la realidad se hubiera vuelto loca. Puede que lo absurdo sea hacer planes, pero a veces son inevitables. Quizá el truco sea ser flexible como uno de esos regalices rojos que tanto me gustan. Un pequeño -o no tanto- reajuste y aquí estamos de nuevo, con el futuro en el aire, como un avión con el instrumento de navegación con alma de bromista, mirando por la ventanilla y esperando a averiguar en qué aeropuerto tocaremos tierra.

Aun así, nos miramos y sonreímos a la vez. Y al final eso es lo único que importa.

lunes, 22 de abril de 2013

Euler y la felicidad


No puedo mostrarte una ecuación -aunque las haya preciosas- que indique su paradero, pero sí que hay conclusiones que el paso de los años hace caer al suelo como frutas maduras, y no hay que ser Newton para entender que la felicidad no es un objetivo, sino una consecuencia.

Y es que -si alguna vez lo hiciste- en tus primeros años te planteaste que la felicidad como la gran meta (estudiaré, encontraré un buen trabajo, me casaré, tendré hijos y alcanzaré la felicidad). El gran plan. El estado final, la tierra prometida. Luego el tiempo pasa y las cosas salen como salen, algunas veces porque cambias de opinión y otras porque ocurre algo que trastoca el devenir de los acontecimientos, creando un camino alternativo en la historia de tu vida.

Pero mientras tanto, tu vida pasa. Y no deberías quejarte. Ni hacerte la víctima.
Ni responsabilizar a otros. Ni obligar a que otros carguen con tu infelicidad con el pretexto de que un día firmaron un papel.

No hay que cavar en busca de ningún tesoro. Toda esa riqueza está ahí, al alcance de la mente. Toda la línea del tiempo está engarzada con pequeñas -o no tanto- joyas que brillan más cuanto más se las mira. Un beso, una copa de vino blanco y una conversación, un paseo por una ciudad nueva, el primer Sol de la primavera, un libro, una ecuación perfecta, redonda, increíble, que contiene un universo.

Abre los ojos, porque si no, no puedo mostrarte una ecuación -aunque las haya preciosas-...


miércoles, 17 de abril de 2013

Armonía

Cello

Ahora que los dos sonamos en allegro -ma non troppo- y sin armadura, recuerdo cuando esta melodía se tocaba en otra orquesta.

Desafinada.

He aprendido que cada canción requiere sus instrumentos. Puede que las notas que recuerdo con desazón más bien como ruido de fondo in crescendo encuentren sus armónicos en otro escenario. En cualquier caso, jamás iría a comprar entradas para esa función, si es que llegara a estrenarse alguna vez.

En cambio, tú y yo ya sonamos como una sinfonía. Una no excesivamente grande. Una, por ejemplo, como esta.

Symphony #40 in G minor: Molto Allegro by Wolfgang Amadeus Mozart on Grooveshark

Sinfonía nº 40 en sol menor, Mozart (primer movimiento)

jueves, 28 de marzo de 2013

Penitencia

Penitencia by davidprieto

Esta es tu cruz,
la que tú has elegido:

¿Es que no es suficiente tu propio presente?








Penitencia, a photo by davidprieto on Flickr.

martes, 26 de marzo de 2013

Siempre

siempre se vuelve 
con los viejos amores
o con los nuevos






Mario Benedetti

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martes, 12 de marzo de 2013

Diálogos asíncronos

red head by c4lin
Me gustan tus sinapsis fortuitas, aunque no las escribas. Ese modo de hacer brillar la rutina. La rutina, que es lo que compartimos en realidad, aunque esté envuelta en esa forma especial que tenemos de estar tú y yo. Sí, tienes razón, es difícil de expresar.

Y pensamos "tiene que ser amor" encogiéndonos de hombros. Pero tampoco. Sí, claro que hay amor, pero no es el mismo que con otras personas. Este tiene algo distinto, algo más. La forma en que nos hace ser, estar, a cada uno de nosotros. El nulo sentido de la propiedad mutua que hace que nos busquemos el uno al otro, porque las promesas no tienen sentido. El saber que lo que perdimos hace tantos años era tan valioso. El saber que el hecho de que lo perdiéramos nos ha hecho conscientes del valor que tenía. Y que por eso más vale que lo perdimos, porque así lo que hemos encontrado es lo más parecido a un tesoro.

Yo también agradezco cada uno de los días que me despierto y te veo a mi lado. E incluso todavía dormido, si la acerco bajo las sábanas, cómo tu mano envuelve suavemente la mía.


red head, a photo by c4lin on Flickr.

viernes, 8 de marzo de 2013

Mujeres de armas tomar

"No hay quien detenga a una mujer -ni familia, ni marido, ni convenciones sociales- cuando decide liarse la manta a la cabeza; y como adversario, nada más corrosivo para nuestra fatua virilidad que el odio o el desprecio de una hembra inteligente."

Arturo Pérez-Reverte
El Semanal, 12 de junio de 1994

martes, 5 de marzo de 2013

La mujer de las nieves

He de reconocer que me has desconcertado. Llegaste con la excusa del anonimato cómplice como refugio y te quedaste a tomar café como si estuvieras en tu propia casa. Lo malo es que tener mala memoria puede que haga falta para ser feliz, pero es un molesto problema a la hora de mantener personalidades múltiples si uno no es esquizofrénico. Y eso que en el fondo te entiendo, porque mira que yo la tengo mala también. ¿Ves?, en eso somos igualitas.

El caso es que ahora que ya nos hemos visto las caras, me he quedado fría. Y seguro que -tú sí- captarás lo irónico de la situación, porque no es lo mismo quedarse fría que helada. No puedo reprocharte nada, porque yo me hago absolutamente responsable de mis actos, de con quién hablo y en quién confío. Lo único que quiero a estas alturas es que desaparezcas de mi vida de la misma forma que entraste. Con elegancia. Sin acritud. Eso sí, solo deja que me atreva a darte un último consejo de camarada: si de verdad pasaste tanto frío -entiéndeme, la duda lo ha empapado todo- es mejor que no te deshagas aún de la ropa de abrigo.


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martes, 26 de febrero de 2013

El mundo se divide en dos






Y la frontera está
en el borde
de nuestra cama.

jueves, 14 de febrero de 2013

Ángeles Mastretta

Su marido era un hombre común y corriente, con sus imprescindibles ataques de mal humor, con su necesario desprecio por la comida del día, con su ingrata certidumbre de que la mejor hora para querer era la que a él se le antojaba, con sus euforias matutinas y sus ausencias nocturnas, con su perfecto discurso y su prudentísima distancia sobre lo que son y deben ser los hijos. Un marido como cualquiera. Por eso parecía inaudita la condición de perpetua enamorada que se desprendía de los ojos y la sonrisa de la tía Valeria. 

-¿Cómo le haces? -le preguntó un día su prima Gertrudis, famosa porque cada semana cambiaba de actividad dejando en todas la misma pasión desenfrenada que los grandes hombres gastan en una sola tarea. Gertrudis podía tejer cinco suéteres en tres días, emprenderla a caballo durante horas, hacer pasteles para todas las kermeses de caridad, tomar clase de pintura, bailar flamenco, cantar ranchero, darles de comer a setenta invitados por domingo y enamorarse con toda obviedad de tres señores ajenos cada lunes. 


-¿Cómo le hago para qué?- preguntó la apacible tía Valeria. 
-Para no aburrirte nunca- dijo la prima Gertrudis, mientras ensartaba la aguja y emprendía el bordado de uno de los trescientos manteles de punto de cruz que les heredó a sus hijas-. A veces creo que tienes un amante secreto lleno de audacias. 



Imagen: margaritas contentas en mi jardín.

jueves, 7 de febrero de 2013

Como siempre, como viene siendo habitual.


Tengo deudas de amor contraídas con algunas canciones, con ciertas palabras dichas en el lugar oportuno, con poemas que llegaron en el momento adecuado y que tiemblan de fiebre en la memoria...

Son palabras que me besan y me mecen, que como pequeñas brujas adivinan mi estado de ánimo y me resuenan por dentro, cobrando todo su sentido,  oculto a los ojos inexpertos, como un jeroglífico del que solo yo tuviera la piedra rosetta.



Son tan perfectas las palabras, tan perfecto el momento, tan perfecta la magia, que me da miedo hablar, contestar, respirar,
moverme,
porque cualquier movimiento podría hacer desaparecer este momento, como una pompa de jabón, tan frágil...
El tiempo se ha parado, se ha solidificado, no admite siquiera la posibilidad del movimiento, cualquier signo de actividad de mi cuerpo ha desaparecido
excepto mi corazón, que late desbocado
porque el universo ha estallado en mi interior.
Así me has tocado con tus palabras...


imagen; Kincaid Park at sunset.



jueves, 24 de enero de 2013

Phoenix Endsong

Algo la despertó de su sueño de años. No se sorprendió, dada su naturaleza cíclica de muertes y renacimientos, pero esta vez la razón era bastante extraña. Se lo había pedido una flor.

Una flor incapaz de dar fruto.

Aun así, accedió a ponerse en su lugar, pero no pudo disimular. Ella no había nacido para formar ramos con otras flores, no sabía nada del proceso de la polinización, nunca se había sentido vegetal. Ella existía por una razón. Una sola. Ella había nacido por él, pero él también dormía su propio sueño desde hacía tiempo... y se sintió fuera de lugar.

Fue a explicárselo a la flor, incapaz de entender por qué estaba empeñada en cambiar su forma y desaparecer convertida en poco más que unas semillas ocultas bajo una capa de nutrientes que nunca serían para ella. Quizá fue eso, su expresión de incredulidad o la temperatura de su sangre de animal lo que transformó a la planta.

Así que sonrió casi con pereza, bostezó cerrando sus ojos y desapareció, hundiéndose de nuevo en su océano primordial de conexiones.

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viernes, 18 de enero de 2013

Haiku de invierno. Nature's monochrome.

Copos de nieve.
Los dos bajo una manta.
Luz fría. Sol blanco.

miércoles, 16 de enero de 2013

¿Ya es 2013?



Y aunque algunas fechas escondan cicatrices, me he hecho cómplice del calendario. Por fin. Solo había que poner un poco de orden. Ya sabes, la entropía...



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Te echo de menos, Tovarich.


 
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