Algo la despertó de su sueño de años. No se sorprendió, dada su naturaleza cíclica de muertes y renacimientos, pero esta vez la razón era bastante extraña. Se lo había pedido una flor.
Una flor incapaz de dar fruto.
Aun así, accedió a ponerse en su lugar, pero no pudo disimular. Ella no había nacido para formar ramos con otras flores, no sabía nada del proceso de la polinización, nunca se había sentido vegetal. Ella existía por una razón. Una sola. Ella había nacido por él, pero él también dormía su propio sueño desde hacía tiempo... y se sintió fuera de lugar.
Fue a explicárselo a la flor, incapaz de entender por qué estaba empeñada en cambiar su forma y desaparecer convertida en poco más que unas semillas ocultas bajo una capa de nutrientes que nunca serían para ella. Quizá fue eso, su expresión de incredulidad o la temperatura de su sangre de animal lo que transformó a la planta.
Así que sonrió casi con pereza, bostezó cerrando sus ojos y desapareció, hundiéndose de nuevo en su océano primordial de conexiones.
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Una flor incapaz de dar fruto.
Aun así, accedió a ponerse en su lugar, pero no pudo disimular. Ella no había nacido para formar ramos con otras flores, no sabía nada del proceso de la polinización, nunca se había sentido vegetal. Ella existía por una razón. Una sola. Ella había nacido por él, pero él también dormía su propio sueño desde hacía tiempo... y se sintió fuera de lugar.
Fue a explicárselo a la flor, incapaz de entender por qué estaba empeñada en cambiar su forma y desaparecer convertida en poco más que unas semillas ocultas bajo una capa de nutrientes que nunca serían para ella. Quizá fue eso, su expresión de incredulidad o la temperatura de su sangre de animal lo que transformó a la planta.
Así que sonrió casi con pereza, bostezó cerrando sus ojos y desapareció, hundiéndose de nuevo en su océano primordial de conexiones.
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