Algún día escribiré un texto que no hable de ceniza ni lágrimas y que no cuente el pasado. Que no hable del cielo ni de las estrellas. Ni húmedo ni seco, que no busque en los huecos, que no te eche de menos, que no se asome veladamente en las horas oscuras, que no brille a la luz del Sol.
Algún día escribiré un texto en el que consiga pasar mis manos por tu espalda. Que huela a ti, que condense tu mirada en palabras. Que esquive el nombre de las flores y que suene como mis propios latidos, como tus pasos por casa, que se insinúe en mi silencio, en tu voz, en mi risa. Que eluda las metáforas y las palabras que tomo prestadas para omitir con precisión clínica. Que no las recorra como si tuvieran tu forma, buscando su propia resonancia en mis recuerdos.
Algún día ese texto, esas palabras vendrán corriendo a mis dedos para ser transportadas letra a letra aquí, a este mundo que se extiende infinito detrás de la pantalla, este mundo desde el que soy capaz de entrar en ti, desmedida pero sin ruido, cuando me buscas.
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miércoles, 18 de agosto de 2010
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Mi vecchia fiamma...
ResponderEliminarSólo tú y yo podemos reirnos a la lumbre de nuestra "llama ardiente".
Sí, mi querido náufrago. Sólo tú y yo podemos.
ResponderEliminarEse día llegará. Y no parece que esté muy lejos.
ResponderEliminarBss salvavidas para náufragos.
Gracias, Ismael. Besos también para ti.
ResponderEliminarPrecioso texto lleno de vida. Hermoso, poético, exquisito en toda su textura. Algún día escribir exorciza todos los demonios y se los lleva bien lejos.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Begoña. Sí, a veces es necesario sacarlos, que a la luz del día parece que se volatilizaran.
ResponderEliminarUn beso.