lunes, 6 de septiembre de 2010

La isla desierta

Hace tiempo que la isla se ocultó para siempre de la vista en este océano de conexiones, igual que ella. Hace mucho que ya no pueden divisarla los navegantes que en tiempos pasaban lo suficientemente cerca como para apreciar sus playas de poniente y oriente, su volcán cubierto de vegetación y sus grutas llenas de agua dulce. Sus increíbles puestas de sol.

Ahora reina el silencio, sólo roto por los pasos que doy con cuidado entre libros, canciones, películas y algún que otro curioso objeto, como un telescopio, una hamaca a medio trenzar o un espejo de cuerpo entero, todos ellos inertes, como olvidados en el mismo sitio en el que fueron colocados por primera vez, cuando ella podía percibir el latido de un corazón que se acompasaba suavemente con el suyo si se tumbaba y apoyaba el oído contra el suelo.

Hoy sigo en silencio los pequeños senderos que ella recorrió tantas veces mientras la recuerdo venir y contemplar asombrada cómo le brotaban palabras de colores delante de los ojos, cómo se sentía acariciada, abarcada por ellas. Cómo lo entendió todo a pesar de que para ello se le tuviera que volver a abrir la vieja herida con un nuevo dolor, íntimo y profundo como los años ya pasados.

Y aquí, sentada contemplando la textura de su arena hecha de sentimientos y de piel en carne viva hechizada en el tiempo, hay momentos en los que todavía noto que ella, mirando a través de mis ojos, sonríe.



1 comentario:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar

 
Creative Commons License
La vida de una Orquídea by lavidadeunaorquidea.blogspot.com is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.