Es como un hilo engarzado con pequeñas piedras preciosas o como un montón de pompas de jabón flotando en el aire. Tan valiosas como frágiles.
A veces el destino se las ingenia para ofrecer una de esas posibilidades. El truco está en darse cuenta y reaccionar a tiempo para atraparlas. Pero no siempre tenemos abiertos los ojos. Puede que incluso ese momento crucial desaparezca en un simple parpadeo... Me acuerdo algunas veces de cuando viví con los ojos cerrados.
Pero no sirve de nada lamentarse. Ese pasado con sus oportunidades no volverá, pero hay un futuro que todavía es nuestro, mi querido náufrago. Un futuro lleno de pequeñas joyas, pompas de jabón y de momentos que tú y yo sí seremos capaces de atrapar.
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