No quiero que me entiendas mal. Sencillamente, es que no consigo hacerte sitio. Quizá es que todavía no estoy segura de que vayas a quedarte y por eso aún no quiero a mover nada. O es que cada cosa ya tenía su lugar, y todo va a desbaratarse de nuevo. Ahora que por fin ya estábamos descansando.
Tampoco te conozco. Y eso no me ayuda.
No sé dónde colocarte.
O peor aún, no quiero que salgas de ese lugar sin espacio que ocupas. No quiero que tomes forma en mi mente, porque entonces tendré que hacerte sitio, y no sé por dónde empezar.
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