A ver si consigo de una vez llenarme la cabeza de pájaros, cuanto más alborotados, mejor. Supongo que así me pesará menos y los pensamientos se me irán a dar vueltas al cielo. Puede que, con un poco de suerte, hasta alguno emigre.
Para ello, ya he empezado a sacar las cosas que se me han desordenado en la mente y que me ocupan casi todo el sitio -¿recuerdas, Hombre Valiente, que decíamos que la ropa bien doblada ocupa mucho menos que la que está hecha un ovillo?-
y me doy cuenta de que me ha vuelto a pasar: guardo cosas que no me sirven. En cuanto te descuidas, ahí están. Es como intentar conducir un coche con el airbag hinchado, una pesadilla.
Y es que tengo que hacer sitio a los pájaros para que puedan volar.
Cuanto más alto, mejor.
Imagen de Alejandro Arce en flickr.com
Para ello, ya he empezado a sacar las cosas que se me han desordenado en la mente y que me ocupan casi todo el sitio -¿recuerdas, Hombre Valiente, que decíamos que la ropa bien doblada ocupa mucho menos que la que está hecha un ovillo?-
y me doy cuenta de que me ha vuelto a pasar: guardo cosas que no me sirven. En cuanto te descuidas, ahí están. Es como intentar conducir un coche con el airbag hinchado, una pesadilla.
Y es que tengo que hacer sitio a los pájaros para que puedan volar.
Cuanto más alto, mejor.
Imagen de Alejandro Arce en flickr.com