¿No hemos experimentado todos la sensación de que los momentos preciosos pasan demasiado aprisa y deseado que duraran más?
¿O se ha parado el tiempo en un día gris y hemos deseado que corriera más?
Eso explicaba el ilusionista Eisenheim antes de mostrar cómo un naranjo crecía desde una diminuta semilla hasta convertirse en un árbol con frutos ante su atónito público.
Yo no necesitaría tanto; solo echar un pequeño vistazo al futuro inmediato... y comprobar si las pequeñas naranjas cuelgan por fin de las ramas recientes de este árbol que nos ha crecido delante de los ojos casi como por arte de magia.
The orange tree a solo un click.
Es una tentación intentar vislumbrar un retazo de futuro cuando algo nos preocupa. Pero si la vida no nos ofrece esta oportunidad por algo será, habrá que ver lo que sucede como siempre, día tras día confiando en lo mejor.
ResponderEliminarSaludos
Claro, Begoña, tienes razón. Pero, qué se yo, era lo que andaba pensando ayer por la tarde...
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Sería una forma de modificar el destino con trampas, o no? mas vale que la vida nos sorprenda...
ResponderEliminarun abrazote
Pues sí, Eugenia, sería hacer trampa, pero como nadie puede conocer el futuro, es imposible no jugar limpio. Así que la vida nos sorprende, o nos aturde... y tienes razón, mejor así.
ResponderEliminarSolo necesitaba darme un respiro, imaginar la calma que me darían un par de certezas, eso es todo.
Muchas gracias por pasarte por aquí. Un beso.
Qué decirte del futuro si sabes que muchas de mis decisiones se demoran precisamente por esa incertidumbre. Pero creo que, y no te me enfades tovarich, que no deberías ser tan ávida del tiempo y disfrutar de ese bonito futuro que un día imaginaste y se convirtió en árbol. Besos
ResponderEliminarNo me enfado, tovarich! Y eso es lo que procuro hacer todos los días: disfrutar de este presente que imaginé hace no tantas entradas en este blog. Pero, como tú bien sabes, hay cosas para las que es imposible evitar la impaciencia ;)
ResponderEliminarUn beso.
El mundo se mueve deprisa y las cosas cambian de lugar. Mejor vivir en la corta ignorancia y que el futuro nos sorprenda con sus pros y sus contras. No nos dejemos llevar por una vorágine de certezas futuras, quizás nos sorprenderíamos más aún. Quien sabe.
ResponderEliminarMaría
Besos
¡Oh, sí, María! Las cosas cambian de lugar, eso te lo puedo asegurar :)
ResponderEliminarLo que querría que desapareciera es el desasosiego de la incertidumbre. Pero eso es imposible, y busco la manera de enfrentarlo en el día a día.
Un beso, María.