Hay tardes en que la verdad llega, incómoda. Y con ella a cuestas vuelvo a casa, veo la tele, leo un libro, hablamos. Está ahí, impregnando el ambiente y las palabras, haciendo todo un poco más denso, más amortiguado. Sin concretarse en un objeto que podría abandonar en cualquier banco y olvidar nada más girar la cabeza.
Y hay noches en que imagino que salgo al aire húmedo y quieto a mirar el silencio perfecto de las estrellas. Pero nunca lo hago.
Y mientras me doy la vuelta y me acurruco entre las sábanas, me recuerdo a mí misma que el tiempo pone algodones a las esquinas.
La chica de la ventana, a photo by Noemi Mare on Flickr.
La chica de la ventana, a photo by Noemi Mare on Flickr.