He decidido vivir despreocupadamente. Soltar amarras de uno de los puertos más tristes que he tocado en mi vida y partir porque, además del gris de las nubes, puedo ver otros colores en el horizonte.
He decidido echar la siesta para no perderme un sueño, pasear en lugar de andar, andar en lugar de correr y, sobre todo, volar. También he decidido mudarme a un rincón más soleado de mi mente y dedicarme a observar a los pájaros que se vengan a vivir al interior de mi cabeza en cuanto les construya nidos en lo alto de los árboles. He decidido pisar los charcos en lugar de rodearlos, más que nada porque iré mirando hacia arriba mucho más a menudo. Y también he decidido que no me importa madrugar, ni engordar o adelgazar, ni ir andando... quizá nada esté realmente tan lejos.
He decidido leer menos la prensa y más los libros que me llamen desde la estantería. He decidido también beber algo más de cerveza, siempre en compañía, y no ser una mujer tan de provecho, o sí, si eso consiste en aprovechar los ratos con los buenos amigos.
Y a mi pequeña... he decidido explicarle que nada me pondría más contenta que su llegada, pero que tengo que ser capaz de concebir una vida plena sin su presencia porque ¡qué carga más pesada sería para ella mi propia felicidad!...
imagen
He decidido echar la siesta para no perderme un sueño, pasear en lugar de andar, andar en lugar de correr y, sobre todo, volar. También he decidido mudarme a un rincón más soleado de mi mente y dedicarme a observar a los pájaros que se vengan a vivir al interior de mi cabeza en cuanto les construya nidos en lo alto de los árboles. He decidido pisar los charcos en lugar de rodearlos, más que nada porque iré mirando hacia arriba mucho más a menudo. Y también he decidido que no me importa madrugar, ni engordar o adelgazar, ni ir andando... quizá nada esté realmente tan lejos.
He decidido leer menos la prensa y más los libros que me llamen desde la estantería. He decidido también beber algo más de cerveza, siempre en compañía, y no ser una mujer tan de provecho, o sí, si eso consiste en aprovechar los ratos con los buenos amigos.
Y a mi pequeña... he decidido explicarle que nada me pondría más contenta que su llegada, pero que tengo que ser capaz de concebir una vida plena sin su presencia porque ¡qué carga más pesada sería para ella mi propia felicidad!...
imagen
Me gustan tus propósitos, sobre todo el ultimo porque muestra tu generosidad. Pero ya sabes, el hombre propone y .... como eres mujer igual te sales con la tuya. Tiene suerte esa niña.
ResponderEliminarObsesionarse con algo es lo peor que nos puede pasar. Esperar por ese algo que nos colmará de felicidad. Idealizar ese algo que no está.
ResponderEliminarHay que acostumbrarse a querer lo que se tiene y no sobrevalorar lo que no se tiene; a veces la vida cuando no nos da algo por algo será.
Y no por mucho desearlo se hace más posible, a veces obsesionarse lo complica aún más. Aunque como en todo la teoría es sencilla, y llevarla a la práctica harto complicado.
Saludos
He decidido vivir despreocupadamente. Soltar amarras de uno de los puertos más tristes que he tocado en mi vida-
ResponderEliminarPero sin obsesiones, la vida hay que vivirla con la tranquilidad de disfrutar cada minuto, esperar lo inesperado, valorar lo que tenemos incluso las pequeñas cosas porque la vida es para sentirla y vivirla en armonía con nosotros mismos junto a los demás.
Un saludo
Amaia, guapísima, gracias por tus palabras. Ojalá pueda salirme con la mía. Y ojalá, si no me salgo con la mía, pueda seguir siendo tan feliz como ahora mismo.
ResponderEliminarAh, por cierto, yo también soy de octubre :)
Un beso.
Begoña, es cierto. Es fácil decirlo pero yo he tenido que tocar fondo para poder pensar en ello sin echarme a llorar.
ResponderEliminarUn beso.
Sneyder, ¿y cómo se hace para no obsesionarse con algo así? ¿Cómo se hace para disfrutar sin más cuando se nota un hueco tan grande en el corazón?
ResponderEliminarYo he decidido convencerme de que ese hueco no lo ocupa todo, porque además no es verdad.
Un beso.
Te deseo la mejor de las travesías, tovarich. El mar y un buen naúfrago son buena compañía. Cruza los dedos para que acabe yo mi periplo invernal.
ResponderEliminarSi el puerto era triste, has hecho muy bien en soltar amarras.
ResponderEliminarOjalá pises muchos charcos.
Suerte y que llegues a "buen puerto".
Trazar objetivos es el primer paso para liberarse de las ataduras. Ojalá logres salir a la vida con tantas fuerzas.
ResponderEliminarUn abrazo
Ésa es mi chica!! Vive y Dios (o quien sea, proveerá). Además, como sabes q será niña, cabezota??? Un beso enorme
ResponderEliminarMarieta, es un lujo tenerte al otro lado del hilo de la red.
ResponderEliminarMuchas gracias, tovarich.
Muchas gracias, Psique. Y bienvenida de nuevo :)
ResponderEliminarOjalá, Eugenia. Voy con ese impulso, espero que no pierda fuerza.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras.
Ninfa querida, siempre era una niña en mis sueños nocturnos. Una niña a la que llevaba encima a todas partes. No sé, siempre he creído que sería una nena...
ResponderEliminarUn beso, hermosa. A ver si nos vemos dentro de poco.