lunes, 14 de junio de 2021

Para siempre, como una flor.

Siempre busco el rincón cálido, ya sea en el jardín o en una historia. Por eso hace años que huyo de los finales tristes, aunque me los vaya encontrando mucho más a menudo ahora, en este mundo que es una década más viejo. Los finales felices envuelven, calman, permanecen. Completan. Incluso si no todos los cabos se atan, incluso si alguna espina permanece clavada. Incluso si hubo que recorrer algún sendero oscuro para llegar hasta aquí, y algo de esa oscuridad nunca pueda dejarse atrás.

Los finales felices a veces son los más difíciles.




2 comentarios:

  1. Y hay que buscarlos, siempre. Quedarse en la sombra de un jardín, de una casa, de una historia, es morir en vida

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  2. Claro. Esa búsqueda es la clave. Es en lo que consiste la vida en realidad.

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