Conforme pasan los días, los meses, escribo aquí y en mi Moleskine (al que por cierto debería hacer más caso) con mejor o peor acierto lo que pasó en algunos casos, lo que ocurre ahora, lo que se me pasa por la cabeza de forma fugaz o permanente, lo que me acaricia el corazón o lo que en ciertos momentos hace que mi cuerpo se prenda sin remedio. Releerlo es una forma de viajar en el tiempo, no tan asombrosa como la que describe mi querido pasajero del metro de la Villa, pero sí posible en este Universo. Casi igual que mirar dentro de mi caja azul. Leo mis palabras y las tuyas y me sitúan en esa pequeña burbuja de presente que las produjo y donde tienen su mayor sentido, donde todavía no las han matizado los hechos futuros, donde están en su punto de sazón.
Por ello, existe un hueco que no consigo llenar con palabras. Quizá es porque para escribirlo tendría que revivirlo en mi mente y en mi corazón, abrir la herida de nuevo y dejar que sangrara, y luego ahí estaría, invocado y atrapado para siempre en palabras, para ser releídas y venir a mi presente una y otra vez.
No, no creo que lo haga. No lo escribiré. Dejaré que se desdibuje en los días que lo alejan de mí, que se diluya en el tiempo que pase, que sea conjurado por los momentos que nos esperan.
Antes no quería olvidarlo. Ahora necesito ese espacio que ocupa en mi mente para mí, y para ti.
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Por ello, existe un hueco que no consigo llenar con palabras. Quizá es porque para escribirlo tendría que revivirlo en mi mente y en mi corazón, abrir la herida de nuevo y dejar que sangrara, y luego ahí estaría, invocado y atrapado para siempre en palabras, para ser releídas y venir a mi presente una y otra vez.
No, no creo que lo haga. No lo escribiré. Dejaré que se desdibuje en los días que lo alejan de mí, que se diluya en el tiempo que pase, que sea conjurado por los momentos que nos esperan.
Antes no quería olvidarlo. Ahora necesito ese espacio que ocupa en mi mente para mí, y para ti.
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Hay cosas que no se dibujan con palabras. Quedan asociadas a una imagen, por ejemplo, y así las archivamos en la memoria.De algunos veranos conservo solamente el canto de un pájaro o el sonido de las olas al golpear contra las rocas. Es suficiente, en esa imagen está todo. Bsss.
ResponderEliminarSí, en esas imágenes está todo. En esas frases que se me quedaron clavadas y en esa terrible sensación que espero no volver a experimentar. Aunque me empeñe, no se me olvidará, lo sé.
ResponderEliminarUn beso.