Otra vez he vuelto a esa tienda a ver ropa y vestidos, de esos que se utilizan durante unos pocos meses con mucha ilusión, aunque esta vez tampoco iban a ser para mí.
Quizá la próxima vez tenga suerte y sea yo quien me los pruebe mientras sonrío y me brillan los ojos.
Quién sabe...
imagen
lunes, 18 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Efectivamente, quién sabe.... La puerta sigue abierta, camarada, y la suerte no entiende de números, de lógicas ni de temperaturas ;-) Yo, que en eso soy muy latina, invocaré a mis santicos y sobaré mis reliquias. Un beso
ResponderEliminarY yo te lo agradezco profundamente, camarada. Dales, dales calor a tus amuletos lo mismo que nos lo das a nosotros en tu oscuro y acogedor rincón.
ResponderEliminarUn beso.
La vida da sorpresas, cuando menos te lo esperes serás tú quien se los pruebe!!
ResponderEliminarUn beso grande y no pierdas la esperanza...
Rebeca.
P.D: La esperanza y nuestros propios sueños son lo único que nos queda!!
Bueno, querida Rebeca, en cualquier caso os enteraréis :)
ResponderEliminarUn beso esperanzado.
Te envío un abrazo, siéntelo... apretado, cálido, prolongado... te traslada mi cariño, absórbelo a través de tu piel.
ResponderEliminarMariano
Lo he recibido, querido Mariano, y me lo dejo puesto, que me sienta fenomenal :)
ResponderEliminarMuchísimas gracias por estar ahí.
Un beso enorme, Hombre Valiente.