Detrás de muros hechos de miedo, oculta a la vista y al oído, encerrada en una burbuja donde el aire comienza a enrarecerse, la pobre flor se observa los pétalos preguntándose si hay algo malo en ellos.
Ella, que está hecha para mirar y que la miren. Para querer y que la quieran.
Acéptalo, preferirían que no existieras. Por eso siempre serás la última.
¿O qué te creías?
Ilusa...
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jueves, 4 de noviembre de 2010
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Jamás hay nada malo en los pétalos de una flor. Ser el último a veces es tan solo una sensación, es cuestión de cambiar la perspectiva.
ResponderEliminarSaludos
Begoña, cada vez que la flor se gira para cambiar de perspectiva se da de bruces con la realidad. Y eso duele.
ResponderEliminarUn beso.