A pesar de que he visitado muchas menos de las que me gustaría, me encantan las ciudades centroeuropeas. Disfruto paseando por sus calles donde se respira su historia, viendo sus gentes con rasgos tan característicos, buscando restaurantes donde vayan pocos turistas para poder probar a qué sabe realmente la comida del lugar... Hay una luz diferente en cada una y todas tienen sus propios olores. Me encanta estudiar sus planos y trazar rutas en ellos. Quizá son más silenciosas cualquiera que pueda visitarse en España, y en algunas de ellas es prácticamente imposible encontrarse un papel en el suelo.
Todo eso me gusta mucho, pero lo que realmente me hace ilusión es que esta vez voy a conocer contigo ciudades y paisajes que no conocíamos ninguno de los dos. Esto será nuevo, pero no nuevo de esta vez, sino nuevo de verdad. Para ambos.
Igual que cuando viajamos hace veinte años.
imagen de Sylvain Dudoit
jueves, 14 de abril de 2011
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Como llena viajar, como nos cambia por dentro.
ResponderEliminarEl año pasado disfruté de un tour por Italia, junto a mi chico.
Si todo va bien, este verano nos toca un tour por la bella Escocia...
Que ganas...;-)
Un abrazo,
Rebeca.
P.D: A acumular recuerdos se ha dicho!!me encanta notarte tan optimista mi querida Orquidea!
Sí, querida Rebeca. Viajar nos cambia por dentro, nos llena de sitio, ¿verdad?
ResponderEliminarEscocia en verano debe ser maravillosa. ¡Cuántos sitios para visitar y qué poco tiempo...!
Gracias y un beso.
Escocia es un lugar donde los hombres beben whisky y llevan falda. Tal vez lo primero explique lo segundo...
ResponderEliminarKisses