Lo mismo que un cascabel suena al más leve movimiento, se me escapa la risa casi sin querer. Incluso cuando me tomas el pelo, que mira que es sencillo en mi caso...
¿Me reía tanto entonces? No lo recuerdo bien, pero creo que no tanto como ahora. Me tuviste que recordar algún episodio memorable, del que me reí como hace 16 años, pero no tengo la sensación de haberme reído entonces como ahora, a un ritmo de dos o tres carcajadas a la hora en promedio.
No sé, mi memoria es caprichosa. Pero en eso tengo suerte: se me olvidan tus chistes y tus ideas disparatadas, y me río cada vez que me las cuentas.
Y es que igual otras cosas no, pero mira que la risa la tengo fácil. Y eso me salva...
lunes, 23 de noviembre de 2009
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Entonces vamos bien, porque tu risa nos salva a los dos.
ResponderEliminarEstamos camino de un reencuentro...?
ResponderEliminarEl reencuentro ya se produjo, querida Ninfa, y de forma casual, como seguramente ocurre con la mayor parte de las cosas importantes de la vida.
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