martes, 30 de noviembre de 2010

Detrás de mi sonrisa

No sé cómo ponerte el corazón delante de los ojos para que lo veas y así deje de dar vueltas en círculos. No sé cómo hacer para ponerte los ojos dentro de mi mente y que veas a través de los míos. No sé cómo evitar tener la misma conversación una y otra vez. El mismo dolor una y otra vez.

Porque cada vez es peor que la anterior.

Porque me parte el alma comprobar que los dos pensamos en ellos pero solo yo pienso en ella. Que solo yo la tengo en el corazón. Que no la ves detrás de mi sonrisa...

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sábado, 27 de noviembre de 2010

Hoy te has reído, aunque fuera solo un poco...

El malestar, pero esta vez en otros ojos. La sonrisa borrada, el silencio.

Para ti no es una buena noticia. Es una realidad que no quieres pero que se va abriendo paso, terca, incómoda, amarga. No debería ser así, no debería. Pero lo es. Y no te gusta, y yo sé que no te gusta.

Me has atravesado con la mirada, tan transparente que sé que me habrías fulminado si hubieras podido. Pero aún así, hoy te has reído, aunque fuera solo un poco. Porque te pasa como a mí, que la risa se te escapa sin querer, a borbotones, fresca y alegre.

Sé que te sobro porque todavía no tengo mi hueco. Y hacerme sitio será difícil. Lo sé porque a mí me resultará difícil también encontrar el tuyo. El vuestro. Porque sé que os querré yo a vosotros antes que vosotros a mí.

Y eso me partirá el corazón.

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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Within the orchid


- ¿Y por qué no abres un blog?
- ¡Uf! Un blog...

Puedo preguntarme, igual que tú lo hiciste en tu isla hecha niebla, por qué sigo aquí.
Quizá es porque sigo oyendo ese silencio hecho de palabras al borde de los labios. De miradas preludio de nada. De encuentros con asuntos pendientes.
Porque sigo esperando.
Pero no tus palabras bordadas en delicadas metáforas. No tus frases hechas de pirivueltas de acróbata para ser admiradas. No tu mente libre, afilada y asombrosa.
Espero tu corazón en la palma de la mano.
Igual que cuando me lo enseñabas desnudo, húmedo y caliente sin yo esperarlo.

Porque eras tú el experto en palabras y yo la experta en silencios. Porque sé la profundidad y el sentido que tiene no decir nada.

O quizá es que grito tan alto que no puedo oírte.

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martes, 23 de noviembre de 2010

El beso de Klimt


Un beso dorado, redondo, perfecto. Un beso de esos que bajan la guardia, como oímos en la letra de esa preciosa canción. Aunque no hayan pasado los tres años del poeta. Aunque sí hayan pasado los veinte anteriores.

Son
extrañamente hermosos todavía,
estos labios de hace ahora tres años
y me parece inédito
el gesto de tu beso,
este llegar aquí cada vez más tranquilo,
con la serenidad
del que tiene por cómplice la vida
y su rutina.

Hoy sabemos que entonces,
cuando tus veinte años y mi primer abrazo,
empezamos por ser
sobre todo indecisos: la tímida torpeza
de la primera noche
y la dificultad
con que dejar las manos
en el hábito infiel de nuestros vicios.

Ahora
extrañamente hermoso estar aquí,
demasiado a menudo y decididos,
incómodo
de no sentir el peso de los años
aprendiendo contigo la premeditación
y escribiendo en tu piel mi alevosía.

Porque suele haber bancos donde se espera siempre,
aceras que prefieres por costumbre
o líneas de autobús al mediodía.

Y sin embargo tú
reapareces inédita en tu gesto
para decirme hoy
que le conteste al tiempo y sus preguntas
el práctico saber que tienes de mi cuerpo.


Poema: Canción de Aniversario, de Luís García Montero.
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domingo, 21 de noviembre de 2010

Días de lluvia

Hay días en los que la lluvia, como el dolor, lo impregna todo. El agua del suelo se evapora saturando la atmósfera y cuando ya no puede contener más, comienza a llover. El dolor, este dolor lo siento igual. Se va acumulando de forma imperceptible, llenando huecos, ahogando mi corazón y anegando mis ojos hasta que ya no veo otra cosa. Y entonces me rebosa en forma de lágrimas que no puedo contener.

Es esa corriente en mi mar interior la que a veces no me deja sonreír. Aunque esté cartografiada no puedo esquivarla; si el viento sopla en esa dirección me arrastra inevitable. Y siempre se está moviendo. Siempre.

Aunque vosotros solo veáis de vez en cuando algunas lágrimas, alguna sonrisa que falta o algunas palabras con las que formo una imagen que conjure el dolor y lo aleje de mi cuerpo y de mi mente.

A veces noto un vacío tan grande, y es que la echo tanto de menos...


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martes, 16 de noviembre de 2010

Ventanas abiertas

Qué bien sienta cerrar capítulos, alcanzar hitos que parecían lejanos, dejar atrás fases que se atraviesan con sufrimiento.

Qué rico sabe no tener que pensar más en el pasado. Qué tranquilidad pensar solo en el futuro.

Qué bien huele la brisa que entra por las ventanas, aireando los últimos rincones, levantando las últimas motas de polvo y arrastrándolas lejos.

Porque ya le he dado la vuelta al último recuerdo y llorado la última lágrima. Ya no tengo pesos encima, ni siquiera el del resentimiento. Ni siquiera me queda la sensación de haber regalado algo valioso a quien nunca supo apreciarlo. Toda esa amargura de medias verdades y tiempo perdido ha desaparecido.

No ha quedado nada. Nada en absoluto, porque la suma de recuerdos que constituye el pasado forma un todo y si desaparece lo malo también lo hace lo bueno en la misma medida.

Así que así me siento, hueca y esponjosa, llena de aire fresco. Llena de tiempo y espacio para nosotros.

Y así era justo como quería sentirme.

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jueves, 11 de noviembre de 2010

Platos rotos


En algunos casos, si el golpe es seco, repentino, el plato puede arreglarse. Si hay suerte y se golpea de forma que queden trozos lo suficientemente grandes es posible recomponerlo, porque aunque esos trozos tengan sus bordes cortantes y hagan sangre al ser recogidos del suelo todavía encajan entre sí lo suficientemente bien como para que un buen pegamento de palabras, esfuerzo, amor y perdón pueda unirlos dejando sólo entre ellos una fina línea que recuerde para siempre el desastre causado y el triunfo conseguido.

Es muchísimo más difícil cuando se hace añicos. El trabajo de buscar dónde ubicar cada pedazo es arduo, habrá partes en las que no encaje ningún trocito y habrá que utilizar tanto pegamento que se corre el riesgo de que éste se acabe o que el plato tenga tantas uniones recompuestas que su estructura sea demasiado débil para aguantar un siguiente embate, aunque sea mucho menos grave. Pero incluso en ese caso, podría suceder, podría aguantar.

Pero, ¿qué ocurre cuando al plato en apariencia no ha ocurrido nada?. ¿Qué pasa cuando simplemente se ha ido erosionando, perdiendo cohesión interna, cuando sólo lo sostenía en su forma una débil capa de barniz y un soplido casual lo desmorona en un montoncito de arena?

¿No es mucho más valiente entender y aceptar que el soplido casual no es el responsable de que el plato se haya convertido en polvo? ¿No es mucho más honesto no empeñarse en señalar a un culpable que pague los platos rotos?

No hay nada como repetir muchas veces lo mismo para que nos acabe pareciendo verdad...

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lunes, 8 de noviembre de 2010

Aguja e hilo

Me encanta cuando mi mente bulle de palabras que luego voy cosiendo o descosiendo aquí, en esta especie de bastidor donde procuro dejarlas bordadas, bien con vainicas muy juntas y precisas o bien fruncidas en el ceño. A veces no encuentro el hilo del color adecuado y se me quedan los puntos raros pero los dejo así, para acordarme de buscar el carrete que necesito, aunque casi siempre lo tengas tú, olvidado en alguna frase o en alguna caricia. Otras veces se me enmarañan en madejas que ya no quiero desenredar, porque sólo perdería el tiempo que tengo ahora para inventarme e inventarnos esta nueva vida que todavía está en tela de juicio aunque ya no nos importe demasiado.

Lo malo es cuando me pincho con cada letra en los dedos y me empeño en que a ti también te duela. A ti, que no sabes que durante algún breve momento en el que te olvidas de ser un déspota puedo vislumbrar tu corazón, latiendo todavía atravesado de lado a lado...

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jueves, 4 de noviembre de 2010

Orquídea en burbuja

Detrás de muros hechos de miedo, oculta a la vista y al oído, encerrada en una burbuja donde el aire comienza a enrarecerse, la pobre flor se observa los pétalos preguntándose si hay algo malo en ellos.

Ella, que está hecha para mirar y que la miren. Para querer y que la quieran.


Acéptalo, preferirían que no existieras. Por eso siempre serás la última. 


¿O qué te creías?


Ilusa...


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lunes, 1 de noviembre de 2010

El Universo no se hizo para nosotros

"La evidencia, por lo menos hasta ahora y dejando aparte las leyes de la Naturaleza, no requiere un Diseñador. Quizá haya uno escondido en alguna parte, obstinadamente empeñado en no darse a conocer. Aunque a veces parece una esperanza muy débil.
El significado de nuestras vidas y de nuestro frágil planeta viene, pues, únicamente determinado por nuestra propia sabiduría y coraje. Somos nosotros los guardianes del sentido de la vida. Ansiamos unos progenitores que cuiden de nosotros, que nos perdonen nuestros errores, que nos salven de nuestras infantiles equivocaciones. Pero el conocimiento es preferible a la ignorancia. Es mejor, con mucho, comprender la dura verdad que creer una fábula tranquilizadora.
Si ardemos en deseos de hallar una finalidad cósmica, encontremos primero una meta digna para nosotros."
Carl Sagan. Un punto azul pálido.


Imagen: Amanecer desde la Luna (nasa.gov)

Miguel Hernández (1910-1942)

Tus ojos se me van...

Tus ojos se me van
de mis ojos y vuelven
después de recorrer
un páramo de ausentes.

Tu boca se me marcha
de mi boca y regresa
con varios besos muertos
que aún baten, que aún quisieran.

Tus brazos se desploman
en mis brazos y ascienden
retrocediendo ante esa
desolación que sientes.

De "Cancionero y romancero de ausencias" 1941 1942
 
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