domingo, 29 de mayo de 2011

Up

El Hombre Valiente entregaba su historia de forma ordenada, con datos y fechas, aunque su corazón latía en cada sílaba. Y la vida estaba ahí, empapando cada una de sus palabras, dando forma a las negritas, haciendo llorar en los puntos suspensivos... pero -y eso es lo asombroso- él quitaba importancia a cada batalla a medida que las iba ganando, quizá porque el auténtico enemigo no está enfrente más que cuando nos miramos en el espejo. Y esa es la batalla para la que más valor se requiere.


Por eso, no fue el brillo de una fiesta o la letra de una canción. Tampoco las palabras de elogio o las sonrisas en las fotos; ni siquiera una imagen en televisión. Todo eso era -sin querer desmerecerlo- solo el envoltorio de lo que vi.

Lo que vi fue al Hombre Valiente, con una leve sonrisa en la cara, encaminarse tranquilo hacia su próxima victoria.

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6 comentarios:

  1. La peor batalla es la que luchamos cuando en algún momento de neustra vida, nos miramos al espejo y no logramos encontrarnos ni reconocernos tras él.

    Y el mayor triunfo mirarnos al espejo y sonreír de felicidad porque sabemos lo que somos y estamos orgullosos de ello.

    Brindo porque el Hombre Valiente siempre sonría al mirarse al espejo.

    Un abrazo,

    Rebeca.

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  2. S.O.S.

    Me han regalado una orquídea, y antes de que ocurra lo inevitable... te pido algún consejo para que no muera.
    Sobre todo en lo que se refiere al riego, ya que las flores ya miran hacia el suelo y amenazan con lanzarse al vacío. Gracias.

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  3. Muchas gracias Orquídea... blanca.

    Lamentablemente el espejo rara vez me devuelve la sonrisa...

    Un abrazo muy fuerte.

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  4. Eso me temí al ver tus ojos tristes, pero ¿quién sabe...?

    Otro abrazo muy fuerte para ti.

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  5. Rachael, debes mantener las raíces aéreas siempre húmedas, pero nunca la saques de su maceta transparente con agujeros y nunca la encharques. Riégala un par de veces a la semana dejando que el agua sobrante se escurra, y mucho mejor si le diluyes un poco de abono específico desde la primavera al otoño.

    Y, sobre todo, encuéntrale su lugar en la casa, un sitio luminoso pero sin Sol directo. Esto es casi tan importante como regarla...

    Espero que la disfrutes mucho tiempo.
    Un beso.

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  6. Querida Rebeca, como bien dices, la peor batalla a la que nos podemos enfrentar es a no reconocernos en el reflejo de un espejo... yo conocí esa sensación, y todavía recuerdo el vacío en el estómago que me provocaba.

    Pero las batallas se libran y, además, con un poco de suerte y tesón, se ganan.

    Un beso.

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La vida de una Orquídea by lavidadeunaorquidea.blogspot.com is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.