lunes, 15 de febrero de 2010
Mis silencios
Tengo mi mente hecha un hervidero de palabras que no terminan de cocerse. Burbujean, suben y bajan, se forman y desaparecen instantáneamente y no consigo que mis dedos las capturen a tiempo para dejártelas aquí y que puedas leerlas, o incluso para decírtelas cuando nos vemos.
Lo pienso y descubro que a veces mi silencio fue eso, un no poder encontrar las palabras entre las miles que como un torbellino se me arremolinaban en la boca. Otras veces las sentí en la punta de la lengua y fui incapaz de pronunciarlas para ti. Y algunas de esas palabras no dichas me ataron nudos en la garganta y se convirtieron en lágrimas estériles. Entonces no había blogs, pero sí lápiz y papel... ojalá te las hubiera escrito, porque así no se habrían borrado dejando sólo su regusto amargo en el pasado. Ojalá hubiera tenido el valor de hacerlo, de trepar por el muro del orgullo y de contemplar con tranquilidad el paisaje que se extendía más allá.
Pero aprendo, ya lo sabes, y ahora las cosas son algo diferentes, ¿no crees?.
Y es que mi corazón no para de hacer piruetas en el aire mientras late con fuerza y se ríe, y con esa risa mi cuerpo florece y mi mente es un hervidero de palabras...
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Con tu permiso, te he parafraseado...
ResponderEliminarUn beso, guapa
Pues claro que sí, Ninfa.
ResponderEliminarUn beso, preciosa.
Hummm... creo que no se me entendió bien. Ya tienes mi respuesta y un guiño al final. Ahora espero que me captes mejor...
ResponderEliminarBessazos
¡Vaya! Quizá soy yo la que no me he explicado. :D
ResponderEliminarEn fin, un beso enorme.