Y así como nos gusta ver cómo los números hacen curiosas piruetas, riéndose y dejando que de vez en cuando logremos vislumbrarlos mientras giran despacio conforme avanza el Sol durante el día o volando tejidos en unas preciosas alas transparentes, a mí me gusta paladear el sabor de tus palabras cuando todavía no hemos abierto los ojos, cuando todavía el sueño no nos ha abandonado del todo, cuando todavía puede ser cualquier hora porque no hemos mirado el reloj que nos sitúe en el tiempo, porque en el espacio ya estamos en el mejor lugar posible. Cuando sé que se me hará raro que me preguntes qué quiero para desayunar.
Claro, cómo no va a gustarme si todavía no he perdido la cuenta de las noches que hemos pasado juntos...
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música
lunes, 22 de marzo de 2010
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