Te echo de menos.
Podría intentar no hacerlo. Podría llenar todas mis horas de trabajo, libros, amigos, compras... y podría fingir que estoy muy bien sin ti, que no pasa nada, que son solo unos pocos días. Algunos ratos podría incluso llegar a creérmelo.
Pero, ¿de qué me serviría?
Si al fin y al cabo la verdad es que te echo de menos...
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martes, 28 de diciembre de 2010
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Y por qué no...? Así será más dulce el reencuentro...
ResponderEliminarQuién tuviese esa ilusión...