Por debajo de todos los ritos que cumplimos en estas fechas encuentro el motivo íntimo de la suave sensación de bienestar que casi siempre he tenido en Navidad. Quizá sea el recuerdo de esas Navidades con días de fiesta, con tíos, primos y abuelos y con Reyes Magos que se habían leído nuestra carta. Puede que tenga que ver también el cambio de estación y el progresivo aumento de horas de luz en los días que vienen. También son momentos para acordarnos con un poco de nostalgia de los que no pueden estar ya con nosotros.
En cualquier caso, me gusta la Navidad. Me gusta porque estoy con mi familia todo el año y no solo estos días. Me gusta porque los amigos se dan besos para felicitarse las fiestas y me gusta porque en unos pocos días iré a ver la Cabalgata y les daré a sus Majestades las gracias por haberme traído el regalo que pedí sin haber esperado a la mañana de Reyes.
Feliz Navidad a todos.
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viernes, 24 de diciembre de 2010
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Feliz año Orquídea...
ResponderEliminarComo aquel que coge un libro y lee la última página sin conocer más allá del título... así me siento al leer tus palabras. Porque desconozco los entresijos de todo lo que te inspira cuando escribes. Porque conozco una historia a medias.. Porque lo que parece ilusión, acaba siendo melancolía..
Sólo espero poder seguir leyéndote de tarde en tarde y que finalmente el sol despeje la bruma de tu isla...
Un beso enorme
Hola Irulan. ¡Qué ilusión me hace saber de ti!
ResponderEliminarSí, quizá porque deposito mis pensamientos y emociones aquí, un poco sin ton ni son, puede ser difícil hacerse a la idea de cómo he (hemos) llegado hasta aquí.
Últimamente he estado más triste, es verdad. Más que triste, la historia ha tenido ratos agridulces, aunque era de esperar. No todo encaja bien a la primera, y nosotros somos el vivo ejemplo de ello...
Ya no es invierno, aunque todavía llueva algunos días y otros no llegue a llover pero el cielo esté nublado. Ahora la temperatura es suave y hay preciosos días azules donde todo es risas compartidas y complicidad. Pero todavía no es verano, ni todos se alegran de que las estaciones vayan cambiando.
Pero yo suspiro por el siguiente cambio de estación, yo suspiro por el calor, aunque corra el riesgo de quemarme con el Sol...
Un beso enorme, Irulan, y por favor, no vuelvas a irte para tanto tiempo. Te echábamos de menos.
Hasta pronto, preciosa.