viernes, 28 de mayo de 2010

Finis Terrae



Y aunque he ido contigo por primera vez al fin de la Tierra, en realidad apenas hemos empezado nuestro viaje, ese que le explicaba a la bella Ninfa que nos encamina hacia un futuro de aguas remansadas y de suave brisa, y en el que alguna que otra necesaria tormenta de vez en cuando nos recuerde que faltó poco para que naufragásemos tú y yo, pero cada uno en su isla, en distintos océanos de espacio y de tiempo.


Imagen propia

sábado, 22 de mayo de 2010

Detalle

Ha sido un detalle que quizá ha pasado inadvertido para ti, pero que ha hecho que me dé cuenta de lo poco acostumbrada que he estado a los mimos. Antes era yo la que habitualmente me ocupaba de esos asuntos, la que llamaba, reservaba, confirmaba, hacía sola la maleta para dos, esperaba en casa sentada en el sofá porque siempre salíamos más tarde de la hora prevista... en alguna ocasión incluso fui yo la única de disfrutó del viaje.

Y claro, ahora que en este caso me he encontrado justo al otro lado del binomio he comprendido muchas cosas. Una de ellas es que nunca más prepararé viajes para dos yo sola, lo que significa mucho para mí. Otra, que no voy a sentirme sola también en otras circunstancias que no nombraré. Y el resto de mis conclusiones te las contaré mirándote a los ojos y dejando que mi cuerpo sea quien te las agradezca, una a una, con ese lenguaje que no necesita palabras, tan directo, íntimo y nuestro.


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jueves, 20 de mayo de 2010

Claroscuro

Soy un nombre no dicho, una presencia intuída, susurrada siquiera. Me asomo en tu expresión, en tu risa, en el brillo de tus ojos pero todavía permanezco agazapada detrás de los hechos, en las horas en las que nadie te ve. Estoy mezclada en distintas proporciones en el pasado, el presente y el futuro, no alterándote sustancialmente pero sí dándote otras características, otro color, una pátina distinta y más nítida, más evidente y tuya.

Puedo incluso llegar a ser un pensamiento fugaz en un momento inoportuno, un suspiro quedo, un extraño deja vù, una pieza que habrá que encajar en este puzzle cambiante que nos hemos empeñado en montar. Y es que miramos con seguridad hacia atrás, pero avanzamos a tientas hacia el futuro..., ese tan extraño e imprevisto en el que lo normal sea que paseemos bajo un Sol lejano y exótico y lo extraordinario que nos encontremos en la cama, pero en pijama para leer un libro o darnos un beso de buenas noches.

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Hacía tiempo que no ponía algo de música

miércoles, 19 de mayo de 2010

Baúles y desvanes

No sé dónde tendría yo guardadas todas estas sensaciones. No sé de dónde saco las palabras con las que sólo a veces acierto a pintarlas, pero de alguna forma siento que las tenía ya de antes, como prendas perfectamente dobladas y guardadas en viejos baúles del desván de mi mente. Tienen un aire antiguo, un aroma familiar. Me las pruebo y al mirarme al espejo recuerdo qué aspecto tenía yo entonces. Y, francamente, creo que me sientan mejor ahora.

¿No crees?


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lunes, 17 de mayo de 2010

Ven conmigo

Ven y siéntate conmigo a pescar recuerdos de hace mucho y de no hace tanto. A rebuscar las palabras que ya no duelen, a encontrar las que todavía queman, a notar su calor a una prudente distancia medida en silencios.


Vamos a olvidar el espacio y el tiempo. La casa que no tenemos, la compra que no hacemos juntos, la tele que no vemos, los gastos que no compartimos y dediquémonos a imaginar un futuro lleno de kilómetros y de idiomas diversos. De anécdotas que contar a los amigos, de nombres de hoteles, de piedras blancas y noches cálidas. De cerveza y risas compartidas.


Y ahora, pisemos con cuidado al pasar por este presente artificialmente iluminado para que no se despierten las mentiras que, igual que las semillas de un diente de león, vuelan al más leve movimiento provocado por el aire de felicidad que se respira.


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viernes, 14 de mayo de 2010

Un poco de música, por favor

Cuando estoy contigo sueno como un instrumento que acabaran de afinar. Me deslizo por las notas, a veces con calma redonda y otras con nervios semifusos, y busco la clave de Sol, escala arriba escala abajo, como agua que en mayo ya nos sobra. Mi risa sostenida suena siempre llena de adornos y tiene bemoles que aún te sorprenda.

Pero, a pesar de mis esfuerzos, los silencios siguen ahí, aunque ahora son imprescindibles en la melodía que estamos tocando.

Y yo, que después de todo como mejor sueno es en allegro, así me encuentro ahora; queriendo cambiar el compás, sin armadura y llena de acordes menores...


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miércoles, 12 de mayo de 2010

Tell me

Háblame de los planes de vuelo tendremos que trazar, de los minutos y horas que robaremos al reloj que no necesita de fichajes, de lo fina y blanca que será la arena que pisemos descalzos. De las curiosas frutas que degustaremos y de la luz que será nueva para nuestras retinas norteñas. Cuéntame historias sobre los cabos y golfos que recorreremos, de los volcanes que escalaremos. Del distinto aspecto que proporciona la geografía a otros seres humanos. Hazme la broma de que en el otro hemisferio estaremos boca abajo, explícame que allí el remolino que forma el agua en los desagües gira en sentido contrario, cuéntame la etimología de la palabra "antípodas".

Quiero buscar contigo el lugar de este planeta donde el Sol sea el único dios posible. Y mientras tanto, quiero sazonar el paso de los días con un poco de imaginación, con conversaciones sobre el futuro, con más de una copa de vino y con alguna que otra noche en la que no nos dediquemos a dormir.

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martes, 11 de mayo de 2010

Ajedrez


Las partidas de ajedrez pueden ser desesperantemente largas. Hay que conseguir colocar las piezas estratégicamente en el tablero, poco a poco, turno a turno, y siempre según los movimientos que cada una tiene permitidos. Y no sólo movemos nosotros, mueven también quienes tenemos enfrente. Un error de cálculo, una pieza mal colocada y toda la planificación de la jugada ya no vale para nada, inservible en un santiamén.

Una cosa es lo que pensemos, lo que hablemos, las opciones que tengamos en cada momento y otra muy distinta lo que terminemos decidiendo, el cómo y el cuándo, el dónde y el con quién. Cada decisión nos abre un nuevo abanico de alternativas, nos lleva un paso adelante, constituye una puntada más con las que vamos cosiendo este tejido hecho a medias de presente y futuro que, siendo estrictos, elegimos hace no tanto tiempo.

En esta partida no sé qué dimensiones exactas tiene el tablero, ni cuántas piezas hay en juego en este preciso instante y ni de qué color son, ni si alguna hace trampa y se mueve de forma ilegal. Pero sí estoy segura de una cosa.

Yo soy la reina.

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lunes, 10 de mayo de 2010

Campo de tulipanes amarillos

En ocasiones soy capaz de entregar mis palabras ordenadas en disciplinadas filas que mi mente trae bien organizadas desde ese mundo que no es ni el 1.0 ni el 2.0, que no está en el exterior, sino contenido en la graciosa forma que tienen mis neuronas de abrazarse entre ellas. Otras veces dejo que rompan filas y jueguen a mezclarse y recombinarse y así surgen nuevas ideas y pensamientos que, más que ocupar, me añaden más espacio por dentro. Cuando estoy por aquí, mi corazón viene corriendo y busca su lugar en algún párrafo para que queden las cosas claras, sabiendo que a veces te hablo sólo con los ojos, callando y esperando que funcione la conexión que casi siempre tuvimos.

Porque a menudo todavía tengo que luchar contra el silencio. Siempre anda por ahí, apareciendo y desapareciendo igual que la línea vertical que me mira parpadeando burlona desde el monitor. Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no...



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miércoles, 5 de mayo de 2010

El Club de las Fotografías Literarias XII

El golpe fue brutal. En pleno corazón. Leyó otra vez en su monitor la frase que le había parado el pulso y pensó que se acababan de cumplir sus peores temores, los que se habían formado en su mente tiempo atrás y ella había ignorado embelesada por sus palabras. Él siguió ofreciendo explicaciones en forma de líneas que fueron apareciendo más abajo, sin ver ni quizá imaginar que ella permanecía inmóvil, paralizada por esas palabras, con la vista fija en la misma frase, sin poder ni siquiera respirar.

No puede ser, no puede ser, no puede ser, no, por favor, no, así no, así no...

La luz de la tarde era perfecta pero ella sólo era capaz de sentir el dolor con el que su cuerpo entero gritaba. Todo había sido para nada. Peor que eso, todo había sido un sueño tan frágil como una pompa de jabón que había estallado dejándola vacía de ilusión, arrasada. Todo se había desvanecido en el aire. Qué ilusa había sido. Qué ciego su corazón, bailando de alegría en el mero presente sin hacer caso a lo que su mente le venía advirtiendo en voz baja desde el principio: es muy difícil, sus palabras son sinceras, pero sus cadenas son pesadas, demasiado pesadas...


Y sintió cómo todas las caricias y besos que ya no le daría se le caían como pétalos de una flor que ya ha gastado la poca savia que le quedaba en su tallo cortado con el único fin de adornar de forma efímera un lugar que nunca había sido el suyo. Todos esos momentos que ya no viviría se evaporaron poco a poco como el agua de su jarrón, igual que el valor de las palabras que había atesorado y que tanto la habían acariciado por dentro, las que le habían devuelto su verdadero reflejo.


Sabes lo que tienes que hacer. Siempre lo sabes. Ahora tienes que volver a respirar, recuperarte y mirar hacia adelante. Pero esta vez, asegúrate de haberle matado antes de enterrarle. Mátale, o morirás tú.

chica
pompa
pétalos

martes, 4 de mayo de 2010

American Beauty

Hace ya algunos años que ví esa película por primera vez, y me cautivó. Concretó en una historia perfecta, con personajes, principio y fin, los pensamientos y sensaciones difusas que se me aparecían de forma fugaz en ciertos momentos en los que conseguía deshacerme del pesado abrazo de la rutina y miraba el mundo con los ojos abiertos por un instante.


Para mí esa historia fue y sigue siendo una forma de preguntarme cómo podemos llegar al punto de tener la sensación de despertar de un coma después de veinte años de nuestras vidas. Qué es lo que nos adormece y hace que los días, los meses, los años pasen sin que hagamos nada especial, digno de ser recordado. Por qué nos construimos tan laboriosamente jaulas y después anhelamos escapar de ellas. Por qué queremos que llegue la hora de salir del trabajo, o el viernes, o las vacaciones, y mientras tanto pasamos la mayor parte del tiempo haciendo algo con lo que no disfrutamos. Por qué nos sentimos a veces tan solos.


Pues bien, creo que dejar pasar la vida así es un error de planteamiento que de vez en cuando, igual que Ricky Fitts hacía con su videocámara, debo recordarme a mí misma, y es que la felicidad, la belleza está detrás de cada pequeño detalle, cada pequeño momento, cada leve sensación como una caricia, cada nota de la música que oímos. De cada palabra y de cada sonrisa. Toda la belleza posible está ahí, ante nuestros ojos, si somos capaces de verla. Que podemos elegir no quedarnos a contemplar sin más desde la playa la superficie del agua, sino acercarnos y mirar más detenidamente el fondo con su textura de granos de arena y trocitos de concha y apreciar los reflejos del nácar, y notar en los tobillos la temperatura del agua mientras inspiramos la suave brisa salada que nos regala el océano. Esa capacidad está en nosotros independientemente de que sea un martes de invierno o un viernes de verano, que estemos aquí o al otro lado del planeta. Y la mejor explicación a esa evidencia la encontré en esa película, en lo que Ricky le explica a Jane mientras ven cómo una bolsa de plástico baila como un niño pequeño pidiendo jugar.

Lo malo es lo rápido que se nos olvida, lo pronto que nos acuna la rutina y volvemos a pasar los días como en una ensoñación, sin dejar huella, sin profundidad, sin ver, sin sentir, sin mirar, sin mirarnos y asombrarnos de lo que vemos.

American Beauty 3:07

lunes, 3 de mayo de 2010

Rumbo Sur


Hoy he vuelto a hablar con Jean. No suelo hacerlo muy a menudo, pero de vez en cuando busco su calidez abrumadora, sus nuevos y antiguos sentimientos, sus palabras intensas y ahogadas por el silencio debido, las sensaciones que tanto anheló su piel. Me ha vuelto a contar la historia de un viaje, un viaje soñado a un lugar remoto tanto en el tiempo como en el espacio. Un lugar en medio del océano, muy apropiado para ella, perdida ahora en este océano de conexiones. Un mar turquesa, una luz dorada y una piel que comenzó a tostarse por el Sol, cubierta con una ligera película de humedad debido al calor, que hizo que sus ojos brillasen de un color casi amarillo... qué guapa estaba entonces.

Hay momentos en los que soy capaz de alzarme por encima de las nubes formadas por la maraña de los días presentes y sentir la luz del Sol inundándome. Y pienso que las nubes vistas desde donde estoy ahora son grises y frías, pero sé qué aspecto tiene su otro lado. Jean lo imaginó, lo soñó, lo anheló... y yo iré, lo veré, lo sentiré.

Algún día. Contigo.

imagen: Aitutaki Lagoon
 
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