Hoy he vuelto a hablar con Jean. No suelo hacerlo muy a menudo, pero de vez en cuando busco su calidez abrumadora, sus nuevos y antiguos sentimientos, sus palabras intensas y ahogadas por el silencio debido, las sensaciones que tanto anheló su piel. Me ha vuelto a contar la historia de un viaje, un viaje soñado a un lugar remoto tanto en el tiempo como en el espacio. Un lugar en medio del océano, muy apropiado para ella, perdida ahora en este océano de conexiones. Un mar turquesa, una luz dorada y una piel que comenzó a tostarse por el Sol, cubierta con una ligera película de humedad debido al calor, que hizo que sus ojos brillasen de un color casi amarillo... qué guapa estaba entonces.
Hay momentos en los que soy capaz de alzarme por encima de las nubes formadas por la maraña de los días presentes y sentir la luz del Sol inundándome. Y pienso que las nubes vistas desde donde estoy ahora son grises y frías, pero sé qué aspecto tiene su otro lado. Jean lo imaginó, lo soñó, lo anheló... y yo iré, lo veré, lo sentiré.
Algún día. Contigo.
imagen: Aitutaki Lagoon
Hay momentos en los que soy capaz de alzarme por encima de las nubes formadas por la maraña de los días presentes y sentir la luz del Sol inundándome. Y pienso que las nubes vistas desde donde estoy ahora son grises y frías, pero sé qué aspecto tiene su otro lado. Jean lo imaginó, lo soñó, lo anheló... y yo iré, lo veré, lo sentiré.
Algún día. Contigo.
imagen: Aitutaki Lagoon
Que hermosa sensación describes querida Orquídea, me gustaría disfrutar a mi también de ese paisaje que tanta calma mental produce,...
ResponderEliminarUn beso.
Ese paisaje existe de verdad. En mi mente y en mi corazón, y espero que no pase mucho tiempo hasta que mi cuerpo vaya allí, con maletas, gafas de sol y crema bronceadora... ;)
ResponderEliminarMuchas gracias, bella Psique.
Como dijo la gran poeta Blanca Varela: "Ese Puerto Existe".
ResponderEliminarse llama Raiatea.
Ven.
raiatea.blogspot.com