lunes, 10 de mayo de 2010

Campo de tulipanes amarillos

En ocasiones soy capaz de entregar mis palabras ordenadas en disciplinadas filas que mi mente trae bien organizadas desde ese mundo que no es ni el 1.0 ni el 2.0, que no está en el exterior, sino contenido en la graciosa forma que tienen mis neuronas de abrazarse entre ellas. Otras veces dejo que rompan filas y jueguen a mezclarse y recombinarse y así surgen nuevas ideas y pensamientos que, más que ocupar, me añaden más espacio por dentro. Cuando estoy por aquí, mi corazón viene corriendo y busca su lugar en algún párrafo para que queden las cosas claras, sabiendo que a veces te hablo sólo con los ojos, callando y esperando que funcione la conexión que casi siempre tuvimos.

Porque a menudo todavía tengo que luchar contra el silencio. Siempre anda por ahí, apareciendo y desapareciendo igual que la línea vertical que me mira parpadeando burlona desde el monitor. Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no...



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2 comentarios:

  1. Tus palabras, ordenadas o mezcladas, siempre tendrán tu esencia.
    PD: creo que nunca se deja de luchar contra el silencio.
    Un gran beso.

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