miércoles, 26 de agosto de 2009

Cuerpo


He pensado bastante en ello estos días. Es una sensación que poco a poco ha ido formándose, abriéndose paso hacia mi mente hasta que me ha sorprendido, y es que no he sido consciente hasta ahora de lo que mi cuerpo va a echar de menos el contacto físico con otra persona.

No estoy hablando únicamente de sexo, que también, sino del contacto en general en los gestos cotidianos: ver la tele con las piernas sobre el otro y notar su mano apoyada en una de ellas, unos brazos rodeando la cintura por detrás en la cocina, unas caricias en la espalda en la cama, un beso al decir hola, al decir adiós...

Mi cuerpo es el campo donde mi mente y mi corazón han librado sus batallas, y se nota. Mi estómago a duras penas ha admitido comida en estas últimas semanas, y mi cara ha sido un reflejo muy evidente de mi estado de ánimo. Sin embargo, los días pasan y muchas situaciones van quedando atrás, y es ahora cuando mi cuerpo acusa las pérdidas y hace recuento de bajas: caricias, abrazos, besos... el sentido del tacto, la piel. Esa ha sido su gran baja en este terremoto.

Quizá eso no sea lo más importante en todo este proceso, pero lo voy notando y no contaba con ello. Francamente, me va a resultar muy difícil hacerme a esa idea.

Y eso que hace ya semanas que duermo sola.

imagen


No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
Creative Commons License
La vida de una Orquídea by lavidadeunaorquidea.blogspot.com is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.