Se me anudan en la garganta las palabras que no puedo decir. Se me hace la boca agua con el agua que no he de beber. Se me apagan los ojos con las cenizas de mis escombros. Se me caen por su peso las manos vacías.
Y, mientras, la vida sigue transcurriendo al otro lado de la ventana.
Pero ya ha pasado un día más, así que falta un día menos para que deje de sentirme como una extraña de mí misma. Para que pueda reconocerme frente al espejo. Para que no sea otra con mi nombre y mi cara la que está sentada aquí, en mi lugar.
viernes, 14 de agosto de 2009
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Ni por un momento pienses que no eres tú. Eres tú, en plena metamorfosis... y el despertar te traerá a la vida con más pasión y emoción que nunca.
ResponderEliminarTe lo digo por experiencia.
Un beso con abrazote
Eso espero, Ninfa. Muchas gracias.
ResponderEliminarUn beso enorme.
...falta un día menos para que deje de sentirme como una extraña de mí misma...
ResponderEliminarNo hago más que citarte, pero es que... que bien expresas lo que yo siento. Ya me hubiera gustado pillarte en este verano tan terrible para mí, me hubiera sentido menos sola, seguro. Aunque las cosas suceden cuando tienen que suceder, así que estoy encantada de haberte contactado. Salud!
No estoy segura de que este verano yo hubiera sido la mejor compañía para tí, Amaia. Pero bueno, como dices, así son las cosas. Yo también estoy contenta de que a ratos naveguemos juntas por este océano de conexiones.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.