Hoy te he visto, y no me lo esperaba. En un vídeo de Nochevieja, cuando todo ésto todavía no había ocurrido. Cuando todavía habría dicho que, a pesar de que todo ya distaba mucho de ser perfecto, éramos felices. En la escena, sujetas en brazos al pequeño rubiales, que está asustado porque vamos a encender un cohete lleno de juguetillos pero que mete mucho ruido al estallar. Le hablas en voz baja, le intentas convencer de que no pasará nada, de que no hay peligro...
Hoy el pequeño rubiales ha venido a casa pero no me ha preguntado por ti, y eso es lo que más me ha dolido. Con lo que le quieres y lo que le vas a echar de menos, y él jugando toda la tarde tan despreocupado, tan ajeno al dolor, a nuestro dolor...
domingo, 2 de agosto de 2009
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Los niños tienen horas para las preguntas. Observan, captan, procesan en segundo plano... y preguntan. Se preocupan, pero sólo en un segundo plano. Hay tantas cosas fuera de su control que morirían abrumados si no fuesen capaces de bloquear temporalmente sus preocupaciones. Preguntará. Tal vez haya preguntado ya. Tal vez pregunte otro día. Tal vez siga llegando esperanzado domingo trás domingo sin que llegue nunca a formularlo. Pero no es indiferente. Te aseguro, que a su manera, también lo echará de menos.
ResponderEliminarLa realidad de la vida los niños y los borrachos nunca mienten.
ResponderEliminarSus sentimientos son diferentes unos viven en la ignorancia y el presente y otros en su fantasía creada. Ambos preguntararán en un momento de lucidez.
Pero pregúntate quien realmente lo hecha de menos el o tu. La felicidad no se pierde en tan solo unos meses. Busca remueve tus sentimientos y no pierdas tu esperanza.
Luz.Tenue