sábado, 8 de agosto de 2009

A mano amada (Ángel González)

A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;

allí, en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.
Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.

2 comentarios:

  1. La memoria, nunca traicionera.
    El ser humano tiende a olvidar aquellos
    malos acontecimientos que la vida nos depara
    lo restante son los gratos recuerdos
    que jamás olvidaremos.
    Pero también existen recuerdos, que jamás
    olvidaremos por su intensidad.
    El 8 de agosto es uno de ellos
    Per semper
    Luz Tenue

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  2. Esto se llama ser egoísta .
    Disfrutar de 5650 recuerdos ,
    uno por día, no esta al alcace
    de muchos.
    Firmaría por otros tantos.

    Luz Tenue

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