martes, 11 de agosto de 2009

Nuevas rutinas

Uno tras otro, los días van pasando y ya no son todos grises del todo. Ayer mismo fue un día terrible hasta que llegó la tarde, y con ella suaves rayos de sol se colaron entre las nubes, más negras que la misma noche, que poco a poco fueron desapareciendo.

También la rutina surte su efecto. Solemos mencionarla siempre con connotaciones negativas, pero se echa de menos cuando todo se desbarata. En dosis altas, produce un aburrimiento mortal, pero en pequeñas dosis tiene un suave efecto calmante. Así que aquí estoy, intentando crear algunas nuevas, con pequeños gestos sin importancia que voy repitiendo de manera consciente, hasta que me olvide de ellos y obtenga el efecto que pretendo: poner frenos a las ruedas de mi montaña rusa particular.

Y no os creáis, pero hay ratos en los que tengo la sensación de que lo consigo.


6 comentarios:

  1. Como animales de costumbres, somos nosotros mismos quienes crean esas rutinas,
    Unas veces buscando una seguridad, otras buscando algo nuevo.
    Tras la tormenta llega la calma, días azules, es entonces cuando hemos de valorar los daños y retomar el antiguo o nuevo rumbo.

    Luz Tenue

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  2. "No vemos dos veces el mismo cerezo ni la misma luna sobre la que se recorta un pino. Todo momento es el último porque es único. Para el viajero, esa percepción se agudiza debido a la ausencia de rutinas engañosamente tranquilizadoras, propias del sedentario, que nos hacen creer que la existencia va a seguir siendo como es por algún tiempo"

    Marguerite Yourcenar

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  3. Repito: "Solemos mencionarla siempre con connotaciones negativas...".

    Además, ¿qué somos todos nosotros sino sedentarios?

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  4. "... nos hacen creer que la existencia va a seguir siendo como es por algún tiempo"

    Ya había leído bien la primera vez. La rutina da seguridad. Es "engañosamente tranquilizadora" pero no más engañosa que un Valium e igual de tranquilizadora por lo menos. No tengo nada contra las rutinas, siempre que éstas no incluyan asaltar viejecitas en los cajeros automáticos.

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  5. Si tu rutina es, a veces, escribir, inventar, jugar con las palabras...quizá estes revolviendo en tu cabeza un poco más y conviertiéndola en la antítesis de lo que suele ser. Y quizá revolver de vez en cuando en lo desbaratado tampoco venga mal. Recordemos que siempre, siempre estamos abocados un poquito al caos, como sistemas dinámicos q somos...
    En resumen, la imaginación que tienes, nunca puede ser rutinaria, pero me gusta la parte de paz que da escribir.

    un saludo (que complicado se me ha vuelto al final lo que he escrito,ajaja)

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  6. Querida Luna, tienes razón. La imaginación, la mente o el corazón no pueden vivir en la rutina. Y descubro que escribir es una buena forma de removerlos a los tres, juntos.

    Antes no escribía, Luna. Ahora espero no dejar de hacerlo.

    Muchísimas gracias por tus palabras.

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