sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz 2012

Who is this? And....uh oh.... by *Mrs Mawi*

No quiero llorar más por tu ausencia, pero no puedo cerrarte del todo la puerta. Aunque sepa casi con seguridad que no llamarás.

Pero no te preocupes; ahora estamos tranquilos, disfrutando de esta nueva etapa de nuestras vidas. Nuestros amigos ya no preguntarán más por ti. Tenemos planes que no te incluyen. Sitios donde iremos sin llevarte. Cosas que hacer sin que estés.

He preparado mis planes sin contar contigo.

Estaré bien, aunque siempre haya un momento en el que me acuerde de ti con un ligero sabor a nostalgia en la garganta. Aunque al final se me acabe cayendo alguna que otra lágrima traicionera.

Este año va a ser uno de los mejores de mi vida. Y lo será sin ti.

Feliz año 2012.

martes, 27 de diciembre de 2011

Mirror ball

Cuando las palabras ya no dan más de sí, la alegría impregna el silencio cambiándolo de colores, como cuando te miro mientras lees. Es entonces cuando comprendo que la memoria no es más que un espejismo; que somos los mismos, pero no lo somos.

Y me encanta esa sensación.


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miércoles, 14 de diciembre de 2011

El chico de los besos dulces

No se habían visto hacía años, así que se acercaron con una mezcla de alegría contenida, extrañeza y precaución. Especialmente ella, que cruzó los dedos confiando en que el tiempo transcurrido hubiera atenuado la herida que le causó al chico de los besos dulces hasta dejarla en una de tantas cicatrices que dan esa clase de peso al corazón. Se le acercó despacio y cuando su mejilla casi tocó la de él, le susurró:

Quiero que sepas -dijo ella- que me alegro mucho de verte, de mirarte y que me devuelvas la mirada. Que cada vez que me acuerdo de ti, me odio un poco. Que aún guardo la única carta que me enviaste aquel verano que te fuiste al norte, pero que en todos estos años no he sido capaz de reunir el valor para volver a leerla...

El chico de los besos dulces no dijo nada.

Y que todavía recuerdo muy bien los besos que me diste. Tan preciosos. Tan suaves y dulces...

El chico de los besos dulces permaneció en silencio sin moverse, pero una sonrisa apenas perceptible se asomó en su rostro, fuera del alcance de la vista de ella.


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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mar de finales de otoño

Su temperatura es gélida y la arena de sus playas está fría como el alma de una piedra. Sopla un viento húmedo que obliga a las manos a hundirse en los bolsillos y al ceño a fruncirse. Rompe sus olas, desangelado e inhóspito como un páramo helado.

Ahora está así, pero habrá que verlo dentro de tres estaciones. Será el mismo mar, pero solo es cuestión de tiempo que su color azul grisáceo cambie a marino y que su arena se vuelva caliente y rubia. Que la playa se llene de luz y de risas, de siestas y de cerveza.

Lo único que necesita es tiempo. Un poco de tiempo y la luz y el calor de un Sol, amarillo y cercano.

Lo mismo que yo necesito. Justo lo que yo tengo.


A Coruña. Imagen propia.

martes, 22 de noviembre de 2011

La chica de la ventana

La chica de la ventana by Noemi Mare
Hay tardes en que la verdad llega, incómoda. Y con ella a cuestas vuelvo a casa, veo la tele, leo un libro, hablamos. Está ahí, impregnando el ambiente y las palabras, haciendo todo un poco más denso, más amortiguado. Sin concretarse en un objeto que podría abandonar en cualquier banco y olvidar nada más girar la cabeza. Y hay noches en que imagino que salgo al aire húmedo y quieto a mirar el silencio perfecto de las estrellas. Pero nunca lo hago. Y mientras me doy la vuelta y me acurruco entre las sábanas, me recuerdo a mí misma que el tiempo pone algodones a las esquinas.

La chica de la ventana, a photo by Noemi Mare on Flickr.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Punto y aparte

Hay una cifra. Un número. No es espectacular por su magnitud, ni tiene las increíbles propiedades matemáticas de uno de esos números absolutamente irracionales con nombre de letra griega. Ni siquiera es primo, -los números primos son mi debilidad-.

Pero esa cifra es igual a un "nunca".

Podría elegir creer que todos los "nuncas" tienen su excepción, pero he pensado que mejor me echo a dormir en tus brazos y me pongo a soñar en todos los días que te despertaré con el desayuno preparado y en todas las noches que me prepararás la cena. En todos los viajes, todas las películas, todos los restaurantes, todos los libros, todas las playas, todas las botellas de vino. Todos los paseos tranquilos y todas las carreras por los aeropuertos. Todas las conversaciones y todas las risas cómplices.

Todos los años que tenemos por delante, tú y yo.

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martes, 1 de noviembre de 2011

Declaración

He decidido vivir despreocupadamente. Soltar amarras de uno de los puertos más tristes que he tocado en mi vida y partir porque, además del gris de las nubes, puedo ver otros colores en el horizonte.

He decidido echar la siesta para no perderme un sueño, pasear en lugar de andar, andar en lugar de correr y, sobre todo, volar. También he decidido mudarme a un rincón más soleado de mi mente y dedicarme a observar a los pájaros que se vengan a vivir al interior de mi cabeza en cuanto les construya nidos en lo alto de los árboles. He decidido pisar los charcos en lugar de rodearlos, más que nada porque iré mirando hacia arriba mucho más a menudo. Y también he decidido que no me importa madrugar, ni engordar o adelgazar, ni ir andando... quizá nada esté realmente tan lejos.

He decidido leer menos la prensa y más los libros que me llamen desde la estantería. He decidido también beber algo más de cerveza, siempre en compañía, y no ser una mujer tan de provecho, o sí, si eso consiste en aprovechar los ratos con los buenos amigos.

Y a mi pequeña... he decidido explicarle que nada me pondría más contenta que su llegada, pero que tengo que ser capaz de concebir una vida plena sin su presencia porque ¡qué carga más pesada sería para ella mi propia felicidad!...

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viernes, 28 de octubre de 2011

Una bandada entera

A ver si consigo de una vez llenarme la cabeza de pájaros, cuanto más alborotados, mejor. Supongo que así me pesará menos y los pensamientos se me irán a dar vueltas al cielo. Puede que, con un poco de suerte, hasta alguno emigre.

Para ello, ya he empezado a sacar las cosas que se me han desordenado en la mente y que me ocupan casi todo el sitio -¿recuerdas, Hombre Valiente, que decíamos que la ropa bien doblada ocupa mucho menos que la que está hecha un ovillo?-
y me doy cuenta de que me ha vuelto a pasar: guardo cosas que no me sirven. En cuanto te descuidas, ahí están. Es como intentar conducir un coche con el airbag hinchado, una pesadilla.

Y es que tengo que hacer sitio a los pájaros para que puedan volar.

Cuanto más alto, mejor.

Imagen de Alejandro Arce en flickr.com

viernes, 21 de octubre de 2011

Bad news







Pain is inevitable.
Suffering is optional.


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lunes, 10 de octubre de 2011

The orange tree




¿No hemos experimentado todos la sensación de que los momentos preciosos pasan demasiado aprisa y deseado que duraran más?
¿O se ha parado el tiempo en un día gris y hemos deseado que corriera más?

Eso explicaba el ilusionista Eisenheim antes de mostrar cómo un naranjo crecía desde una diminuta semilla hasta convertirse en un árbol con frutos ante su atónito público.

Yo no necesitaría tanto; solo echar un pequeño vistazo al futuro inmediato... y comprobar si las pequeñas naranjas cuelgan por fin de las ramas recientes de este árbol que nos ha crecido delante de los ojos casi como por arte de magia.

The orange tree a solo un click.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Azul

(inspirado en los textos de Luna)

Si me preguntaran, diría que eres de color azul. Puede que por tus ojos. O por las veces que hemos estado a orillas del Mediterráneo. O por la calma que me proporcionan tus palabras cuando me abrazas de noche.

También, si me preguntaran, diría que eres la curvatura de mi sonrisa o las carcajadas a media tarde. O lo salado de tu piel en la punta de mi lengua y nuestra cama sin hacer. O la conversación que no se acaba al fondo de dos copas de vino.

Y debería decir, si me preguntaran, que eres mi amigo y mi amante a la vez -algo poco frecuente-, que eres mi buen humor y la tranquilidad de mi sueño. Añadiría que eres tú, siendo más tú que nunca, tú siendo tú hecho a medida. Mi maceta llena de agujeros por los que respirar.

Y yo... a veces vuelvo a buscarme en los pedazos que me dejé por el camino, pero ya no están y me pierdo... Suerte que siempre encuentro el camino de vuelta al mirarte a los ojos.

A esos ojos que son azules, igual que tú.

imagen de flickr.com

martes, 20 de septiembre de 2011

Quizá


Hace un año que compramos esta casa. Es una casa preciosa.

Quizá es porque entonces no lo gritaste a los cuatro vientos, aunque entendiera por qué.
Puede que fuera porque todos eligieron su cuarto y yo no guardé, ni siquiera en mi mente, un lugar para poner una cama pequeñita para ella.

Quizá es porque en el fondo soy una romántica empedernida -quién lo diría- y me encantan los cuentos que acaban con los novios casándose, siendo felices y comiendo perdices. Igual que ellos, que se casaron a orillas del Mediterráneo; ella con orquídeas blancas en el pelo y esperando el primer hijo de ambos.
El caso es que hace un año que compramos esta casa. Y han venido a vernos algunos viejos amigos y otros nuevos. Y tu familia y la mía.

Y han venido tus hijos.

Y yo... creo que yo no acabo de encontrar mi lugar. Quizá por eso me siento incapaz de florecer.


La foto es mía

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Matemáticas


Se puede calcular, tal como me mostraste, la probabilidad de mis más serias dudas. Podría intentar elevar a la enésima potencia mi optimismo y arrancar de raíz cuadrada las lágrimas que de forma periódica, igual que una división absurda, aparecen por la noche, en la oscuridad, cuando los ruidos exteriores se acallan y me quedo a solas con mi mente.

Más vale que me ves, me oyes y me sacas las cuentas porque siempre fuiste mejor en matemáticas que yo, pero me temo, mi querido náufrago, que esto es más cuestión de fe que de otra cosa y, aunque quiero creerte, ya sabes que a mí eso de la fe siempre se me dio fatal...

La calculadora en flickr.com

viernes, 9 de septiembre de 2011

La mirada de María


No es la flor
Es el roce de tu mano
al dármela


Autor del Haiku: RKincaid
Imagen de La mirada de María... en flickr.com

martes, 6 de septiembre de 2011

Good Morning September -Haiku-


septiembre dulce
la alegría se extiende
el Sol se mengua

viernes, 26 de agosto de 2011

¿Qué me preguntabas...?

Ya casi ni recordaba esas palabras. Esas que también escribí uno de los peores días de mi vida, pero desde luego por motivos diferentes a los tuyos. Tampoco sabía entonces todo lo que sé ahora. Aún así pensé dejarlas donde se quedaron, congeladas en el tiempo igual que las imágenes de una fotografía, algo así como una especie de regalo póstumo. Y así se habrían quedado si no hubieras hecho desaparecer todo su contexto para intentar disfrazarlas de otro sentido. Para forzarlas a decir algo que no quisieron decir nunca. Para proporcionar una prueba amañada que sirviera a tu propio equilibrio interno.

Pero no, no servirán para eso. Antes muertas que mintiendo.


Imagen de flickr.com

jueves, 18 de agosto de 2011

Mi cuerpo

Tengo suerte. A pesar de que no he sido -ni de lejos- una deportista nata, siempre me ha respondido a la perfección. Es proporcionado y ni muy grande ni muy pequeño, y tiene tendencia a muscularse a nada que haga algo de ejercicio. Hace ya algunos años que no tiene el aspecto que sugeriría su edad. Así que sí, la verdad es que lo disfruto, y mucho, de todas las maneras posibles.

Pero ahora la cosa ha cambiado un poco. Le estoy pidiendo que haga algo nuevo, algo por lo que no ha pasado hasta ahora. Algo para lo que, a pesar de su aspecto exterior, no es el mejor momento. Y lo observo. Observo sus ciclos cambiantes y mi mente no acaba de entenderlo. Claro, mi mente espera poder predecir lo que ocurrirá a continuación, y nada. Ni caso. Él responde según un patrón indescifrable, mezcla de hormonas, estados de ánimo y el correspondiente error aleatorio.

Ya, ya lo sé. Que por qué me empeño en predecir, entender, tener las cosas bajo control...

La foto de la chica en flickr.com

viernes, 12 de agosto de 2011

El peso de encima

Ching Ching LingLing! by *Mrs Mawi*
Ya está.

He dejado a un lado del camino el peso que yo misma me puse a la espalda y que no me dejaba, no ya volar -que todavía no me lo permito-, sino algo tan simple como caminar disfrutando de ir contigo de la mano, sin lamentarme del pasado o de un futuro que todavía no ha ocurrido.

Visto desde fuera parece ridículamente obvio, pero el peso que se lleva a la espalda obliga a mirar hacia abajo. Y entonces, se pierde la perspectiva. Y la belleza del paisaje...

Pero ya está.
Porque, francamente, hasta yo me estaba aburriendo de pensar o de hablar siempre sobre lo mismo.
Por eso, declaro solemnemente: Peso de encima, ahí te quedas.
Ching Ching LingLing!, a photo by *Mrs Mawi* on Flickr.

martes, 9 de agosto de 2011

Alegría

Alegría. by La Falsa Alicia
Alegría., a photo by La Falsa Alicia on Flickr.

Y Pedro Salinas dijo...


Y súbita, de pronto,
porque sí, la alegría.
Sola, porque ella quiso,
vino. Tan vertical,
tan gracia inesperada,
tan dádiva caída,
que no puedo creer
que sea para mí.
Miro a mi alrededor,
busco. ¿De quién sería?
¿Será de aquella isla
escapada del mapa,
que pasó por mi lado
vestida de muchacha,
con espumas al cuello,
traje verde y un gran
salpicar de aventuras?
¿No se le habrá caído
a un tres, a un nueve, a un cinco
de este agosto que empieza?
¿O es la que vi temblar
detrás de la esperanza,
al fondo de una voz
que me decía: «No»?
Pero no importa, ya.
Conmigo está, me arrastra.
Me arranca del dudar.
Se sonríe, posible;
toma forma de besos,
de brazos, hacia mí;
pone cara de mía.
Me iré, me iré con ella
a amarnos, a vivir
temblando de futuro,
a sentirla de prisa,
segundos, siglos, siempres,
nadas. Y la querré
tanto, que cuando llegue
alguien
-y no se le verá,
no se le han de sentir
los pasos- a pedírmela
( es su dueño... era suya ),
ella, cuando la lleven,
dócil, a su destino,
volverá la cabeza
mirándome. Y veré
que ahora sí es mía, ya.


Salvo por el hecho de que, en mi caso, querido poeta, no vendrá su dueño a buscarla, ya que su destino soy yo, definitivamente.

jueves, 4 de agosto de 2011

El mundo al revés

Lo he pensado y tienes razón. De alguna forma, tengo nostalgia del futuro.

Parece bastante contradictorio: el futuro llegará y no se puede echar de menos algo que ya se ha perdido, porque todavía no ha podido perderse.

Pero yo sí que tengo un sentimiento de pérdida. Tú los tienes a ellos, que te anclan a tu pasado tal como fue, a pesar de todo: el dolor, el vacío, los días grises... Yo, en cambio, viví una ensoñación hasta que solté amarras para adentrarme en la seductora corriente que me llevaría a aguas más cálidas, pero a la deriva.

Tú no cambiarías nada. Yo lo cambiaría todo.

Pero no puedo hacer nada. Así que, emulando a la antigua versión de mí misma que conociste -una mezcla entre replicante con espinas y superviviente emocional desmemoriada- voy a dejar atrás lo que quedó realmente atrás.

No puedo controlarlo todo, no puedo saber cómo será la relación de ellos conmigo, no puedo saber si al final conseguiré ver la cara de mi pequeña. Ni siquiera puedo estar segura de cómo nos irá a nosotros -aunque de esto último lo estoy bastante, no te creas-.

Ahora tengo que averiguar el modo de evitar que esa incertidumbre desate estas tormentas en mi interior.

imagen de flickr.com

martes, 2 de agosto de 2011

A contrarreloj

Esa es la sensación que tengo: la de ir a contrarreloj. Y no consigo quitármela del estómago, porque sé que en mi cabeza no está; esto es cosa de mis emociones.

O mejor dicho, de las emociones que me causan mis recuerdos. En esta carrera no parto de cero, mi línea de salida se marcó hace ya muchos kilómetros y ahora tengo mucho menos tiempo. Y sé que, aunque parezca una paradoja, compito contra el tiempo pero a la vez no debo intentar correr porque es peor si voy con prisas.

Así que así estoy, con mi estómago retorciéndose, con mis ovarios un poco viejos, con mi corazón en carne viva y con mi mente intentando frenar y equilibrarlos a todos, sin acabar de conseguirlo.

Y me siento tan cansada, tan cansada de notar ese sabor agrio en la garganta...

Imagen: Reloj por Sfer (flickr.com)

jueves, 28 de julio de 2011

Plato de pasta fresca

El Canari (2009) by encantadisimoDe cómo la noche de un miércoles cualquiera se convierte en un momento perfecto, no para hundirse en el sofá delante de la tele, sino para salir y descubrir un nuevo restaurante, sentarnos frente a frente a comer pasta fresca, beber un rosado fresquito y discutir, discutir y seguir discutiendo para acabar no estando de acuerdo. Y es que discutir es una de las cosas que más me gusta hacer contigo.

Para los despistados -espero que no haya ninguno- hablo de discutir, no de reñir. Para reñir casi no hace falta utilizar el cerebro. Para discutir hace falta casi entero. Eso, y mirarse a los ojos.

El Canari (2009), a photo by encantadisimo on Flickr.

jueves, 21 de julio de 2011

Las flores son tan contradictorias...

Aprendí bien pronto a conocer mejor a esa flor. Siempre había habido en el planeta del principito flores muy simples, adornadas con una sola fila de pétalos, que ocupaban poco lugar y que no molestaban a nadie. Aparecían una mañana en el pasto, y luego se extinguían a la noche. Pero ésta había brotado un día de una semilla traída de no se sabe dónde, y el principito había vigilado muy de cerca esa ramita que no se parecía a las otras ramitas. Podría tratarse de un nuevo tipo de baobab. Pero el arbusto dejó pronto de crecer y comenzó a preparar una flor. El principito, que asistía a la instalación de un capullo enorme, sentía que de allí surgiría una aparición milagrosa, pero la flor no terminaba de prepararse para estar bella, al abrigo de su habitación verde. Elegía con cuidado sus colores. Se vestía lentamente, ajustaba sus pétalos uno por uno. No quería salir toda arrugada como las amapolas. No quería aparecer sino en pleno resplandor de su belleza. Y ¡sí!. ¡Era muy coqueta! Su aseo misterioso había entonces durado días y días. Y he aquí que una mañana, justo a la hora de la salida del sol, se había mostrado.
Y ella, que había trabajado con tanta precisión, dijo bostezando:
- ¡Ah! acabo de despertarme... Le pido perdón... Estoy todavía toda despeinada...
El principito, entonces, no pudo contener su admiración:
- ¡Qué bella es usted!
- Verdad que sí -respondió dulcemente la flor-. Y nací al mismo tiempo que el sol...
El principito comprendió que no era muy modesta, ¡pero era tan conmovedora!
- Es la hora, creo, del desayuno -había agregado poco después-, tendría la bondad de pensar en mí...
Y el principito, todo turbado, buscando una regadera con agua fresca había atendido a la flor.
Así, ella lo había atormentado en seguida con su vanidad un poco tempestuosa. Un día, por ejemplo, hablando de sus cuatro espinas, le dijo al principito:
- ¡Ya pueden venir, los tigres, con sus garras!
- No hay tigres en mi planeta -había objetado el principito-, y además los tigres no comen hierba.
- Yo no soy una hierba-, había respondido suavemente la flor.
- Discúlpeme...
- No temo en absoluto a los tigres, pero tengo horror a las corrientes de aire. ¿No tendría usted una pantalla?
"Horror a las corrientes de aire... no es muy afortunado, para una planta, había observado el principito. Esta flor es bien complicada..."
- A la noche me pondrá bajo un globo. Hace mucho frío en este lugar. Está mal acondicionado. Allá, de donde vengo...
Pero se interrumpió. Ella había venido en forma de semilla. No había podido conocer nada de otros mundos. Humillada por haberse dejado sorprender preparando una mentira tan ingenua, había tosido dos o tres veces para hacer sentir en falta al principito:
- ¿Y esa pantalla?...
- ¡Iba a buscarla pero usted me hablaba!
Entonces ella había forzado su tos para infligirle de todos modos remordimientos.
Así el principito, a pesar de la buena voluntad de su amor, pronto dudó de ella. Había tomado en serio palabras sin importancia, y se volvió muy desdichado.
"Debería no haberla escuchado -me confió un día-, no hay que escuchar nunca a las flores. Hay que mirarlas y olerlas. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no sabía alegrarme con ella. Esa historia de garras, que me había irritado tanto, debería haberme enternecido..."
Me confió todavía:
"¡No supe entonces entender nada! Debería haberla juzgado por los actos y no por las palabras. Me perfumaba y me iluminaba. ¡Nunca debería haberme escapado! Debería haber adivinado su ternura detrás de sus pobres artimañas. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla."


El Principito, Capítulo VIII.
Antoine de Saint-Exupéry

lunes, 18 de julio de 2011

Ramo de orquídeas

Otra vez he vuelto a esa tienda a ver ropa y vestidos, de esos que se utilizan durante unos pocos meses con mucha ilusión, aunque esta vez tampoco iban a ser para mí.

Quizá la próxima vez tenga suerte y sea yo quien me los pruebe mientras sonrío y me brillan los ojos.

Quién sabe...

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lunes, 4 de julio de 2011

Caricias

El suave tacto de las manos extendidas o el leve roce de las puntas de los dedos. Un lenguaje silencioso y de textura nocturna, un idioma sin verbos, una canción compuesta por dos respiraciones a dúo.

Algunas noches me lanzo a recorrer tu piel sin una ruta planeada, sin dibujar mapas que me lleven por la orilla, sino mar adentro, a lo profundo del más absoluto de los silencios, porque cualquier palabra se me queda demasiado grande y ruidosa de tan cerca que estoy de ti.

Y es raro, pero a veces tengo la suerte de encontrar un nuevo rincón no explorado en el que fondear, a resguardo de las tormentas, hasta el siguiente cambio de Luna, en el que mis dedos me reclamen partir con la urgencia con la que se busca desesperadamente a un náufrago perdido -o encontrado, quién sabe- en su lejana isla dorada...

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jueves, 30 de junio de 2011

Sin importancia

Mañana hace dos siglos de uno de los peores días de mi vida.
(Hablo en siglos porque esa es la medida del tiempo que me parece que ha pasado...)

Los primeros "aniversarios" -si es que en este caso se puede usar la palabra- suelen ser malos. El primer año desde que se nos murió alguien, o desde que nos ocurrió algo espantoso, el primer cumpleaños, las primeras Navidades. Hay que dar una vuelta completa al calendario para limpiarlo de dolores y malos recuerdos.

Por eso, en la segunda vuelta las sensaciones son bien distintas, así que aquí estoy, recordando la fecha de mañana pero hoy, para quitármela de encima cuanto antes.

Porque mañana hace dos siglos de uno de los peores días de mi vida.

Y ya no me importa. No me importa nada.

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jueves, 23 de junio de 2011

Dama de noche

Paseo por mi mente -no sin cierto cuidado- buscando los resortes que hacen que salte en una no tan graciosa voltereta del estado sólido y más o menos estable al gaseoso para ocupar todo el espacio disponible o al líquido que conservo en mis lagos interiores. Más o menos me los conozco, aunque a veces descubro una palanca nueva que explica algunas cosas; pero he llegado a una conclusión: voy a tener que poner orden. O carteles de aviso a las dichosas palancas.

Ayer por la noche me senté despacio en un rincón de mi cabeza y me contemplé con detalle. Miré con desdén algún que otro recuerdo a ver si se daba por enterado y sonreí al eco de las carcajadas que se me van cayendo por todas partes. Avisé a mi mente de que ya ha disfrutado de unas largas vacaciones y que hay que volver a concentrarse y recuperar aquella capacidad que sé que tiene. Mi corazón me sonrió un momento -ahora siempre sonríe- y voló de vuelta junto al suyo, donde ha establecido su residencia habitual. Sintonicé ese ruido de fondo en un canal perdido y le recordé su origen y el lugar que debería ocupar. Hice un inventario con las horas de Sol, las risas compartidas y los guiños cómplices; incluso me propuse ordenar alguna imagen perdida en la mudanza, cuando me vine a vivir aquí, a esta nueva vida.

Y miré la arena, ya depositada en el fondo del vaso, y recordé quién la puso ahí. Y noté una punzada de la rabia, pero no hacia quien lo hizo, sino hacia mí misma por permitírselo...

Vas a tener que hacer algo más que eso. Asúmelo ya y pasa página, que no haces más que lamentarte. Te estás saboteando, y es lo más estúpido que has hecho en tu vida. Hazlo, o tendré que encargarme yo.


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sábado, 18 de junio de 2011

Flor en vaso de agua

Imagina un vaso de cristal que contuviera agua y arena muy fina. Si tengo cuidado al moverlo, permanecen separados el uno del otro y puedo conseguir que solo se formen pequeños remolinos en las superficies de ambos, algún movimiento sin mucha importancia que no consigue quitarle al agua su transparencia. Y se ve al arena, claro, quieta al fondo del vaso, pero incluso podría decirse que parece bastante inofensiva.

Pero si me tropiezo, u olvidando que lo llevo en una mano me echo a correr, o sin querer alguien me empuja, entonces se ponen en movimiento y se mezclan, y el agua se vuelve turbia, alterada por los millones de granitos de arena suspendidos en su interior que ocultan la luz y le dan ese aspecto de agua vieja, encharcada e insalubre.

Eso es lo que me ocurre; que no sé cómo deshacerme de la maldita arena que llevo suelta en mi mente y mi corazón y que hace que me piquen tanto los ojos que no pueda dejar de llorar.

Flor en vaso de agua de flickr.com

miércoles, 1 de junio de 2011

El girasol y la orquídea

girasol-redundante by trebol-a Tendré que pensar que es la casualidad que se dedica a jugar con mi calendario, con las personas que van y vienen, con las que veo todos los días y con las que no había visto hace tanto tiempo que da miedo contar hacia atrás los años.

Hay quien habla del círculo de la vida... yo creo más bien que la vida da vueltas en espiral, pasando en su descenso no exactamente por el mismo sitio, sino por uno muy cercano al de hace años, tanto que casi parecería estar viviendo un dejà vu...

Y mientras tanto, aquí estamos tú y yo, en nuestro propio eje de simetría bilateral, contemplando este torbellino donde a veces se arremolinan los nombres, vidas y amores del pasado.

girasol-redundante, a photo by trebol-a on Flickr.

domingo, 29 de mayo de 2011

Up

El Hombre Valiente entregaba su historia de forma ordenada, con datos y fechas, aunque su corazón latía en cada sílaba. Y la vida estaba ahí, empapando cada una de sus palabras, dando forma a las negritas, haciendo llorar en los puntos suspensivos... pero -y eso es lo asombroso- él quitaba importancia a cada batalla a medida que las iba ganando, quizá porque el auténtico enemigo no está enfrente más que cuando nos miramos en el espejo. Y esa es la batalla para la que más valor se requiere.


Por eso, no fue el brillo de una fiesta o la letra de una canción. Tampoco las palabras de elogio o las sonrisas en las fotos; ni siquiera una imagen en televisión. Todo eso era -sin querer desmerecerlo- solo el envoltorio de lo que vi.

Lo que vi fue al Hombre Valiente, con una leve sonrisa en la cara, encaminarse tranquilo hacia su próxima victoria.

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miércoles, 25 de mayo de 2011

#Yoconfieso

Que la primera frase siempre es la que más me cuesta.

Que no soy lo que parezco, que no parezco lo que se ve y que no se ve lo que soy, y mucho menos a simple vista.

Que me gustan las fresas y no la nata.

Que mi interior es un caos ordenado de razón y materia, de risas, de huecos, sensaciones y recuerdos a medias. De palabras casi siempre no dichas.

Que me gusta el verano, el mar, la luz del Sol, las cartas antiguas, los libros de poemas y la cerveza.

Que alguno de los besos no dados que guardo se me remueve cada vez que oigo que te llaman "Papá".

Pero sobre todo, #Yoconfieso que no alcanzo a entender por qué me quieres tanto, tanto, tanto...


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jueves, 19 de mayo de 2011

Thessaloniki

People by Jaime Pérez
People, a photo by Jaime Pérez on Flickr.


Hemos llegado lejos, mi querido náufrago. Dejamos hace ya tiempo atrás el dolor y las noches en vela. Ahora te despierto por las mañanas y tú cocinas para mí, como imaginaba hace un año. Todos alrededor conocen nuestra historia y nos miran contentos. Incluso los que te preocupaban tanto sonríen y plantan árboles y flores en el jardín.


Y tenemos planes. Lugares a los que ir juntos. Lugares a los que ir por separado para luego contarnos el uno al otro. Sitios a los que volver. Cosas que aprender. Libros que prestarnos, películas que ver comiendo palomitas para luego comentar hasta altas horas. Viajes que planeamos hacer hace tiempo y que haremos. Tus islas soñadas del Pacífico, mi playa soñada en Brasil...


Por eso no quiero que te preocupes. Que puede que a veces me veas más seria, o más triste, pero que estoy bien. Que tenías razón, tenemos muchos motivos para disfrutar de este momento y los que vengan. Que todavía me verás llorar alguna que otra vez, pero no quiero que pienses que soy desgraciada ni por un momento. Todo lo contrario; soy feliz, mi querido náufrago.


Porque mi vida está llena: de ti y de mí.

lunes, 16 de mayo de 2011

A vuela pluma

Pierdo fácilmente la costumbre de pasear por mi interior, aunque parezca que a veces me disuelvo detrás de mis ojos cerrados. Lo malo es que me urge hacerlo en los peores momentos, y entonces atravieso los caminos de mi cabeza justo cuando se llenan de minas saltarinas y de huecos traicioneros que hacen fallar el suelo bajo mis pasos. Ahora no estoy en esa urgencia, pero hay ratos que me llama esa especie de aventura no tan divertida... y es que me queda trabajo por hacer, a pesar de que me encuentre tan bien bajo el calor de ese Sol suave y constante que me relaja hasta adormecerme aunque nunca haya estado tan alerta.

La pelota se ha encalado de nuevo en mi tejado; sin embargo no tengo ganas de jugar. Ayer -como me aconsejó mi vieja amiga- me dormí intentando hacerle saber que sería bienvenida, pero tengo miedo de acostumbrarme a hablar con ella y que nunca me conteste, porque sé de intentos por oír la nada. Ni siquiera hablo del silencio, porque el silencio presupone la existencia de quien se calla. La nada, en eso consiste. La nada que forme otro de esos malditos huecos en mi interior que esta vez ni siquiera sea capaz de llenar con lágrimas.

Imagen de Toni Castillo en flickr.com

lunes, 9 de mayo de 2011

Huele...

Huele a flores y a hierba cortada. A días largos y soleados. A risas de niños y al ruido de pasos de pies diminutos por la noche. A pelis de dibujos animados. A Colacao con galletas para desayunar. Huele a vuelos en avión, a arena y sal, a gafas de sol y piel bronceada. A comida japonesa. Huele a presente, pero también a futuro, a planes compartidos, a guiños cómplices. A tu olor en las sábanas. A largos abrazos y a sexo por la mañana. A gente en el jardín bebiendo cerveza. A camisetas de tirantes y pies descalzos. A farolillos con velas de colores. A noches de alegría y luna llena.

Huele, sobre todo, a esa calma que nada tiene que ver con la rutina. Esa calma de la que soy tan consciente.

Huele... a nosotros.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Huellas

Haciendo camino by Beni photographe
Hay ocasiones en las que necesitamos mirar atrás para decidir el camino a tomar. Otras veces, sin embargo, es el camino que tenemos delante el que nos descubre los pasos que hemos dado.
Y es cierto que nuestros pasos dejan huellas, pero estas no son necesarias para seguir adelante.

Venga. Vamos a movernos.

Haciendo camino, a photo by Beni photographe on Flickr.

lunes, 2 de mayo de 2011

Yo también quiero verte

Soñadora by Tonymadrid Photography
A la intemperie, igual que yo.

Sacando los objetos que quisiste salvar de debajo del agua. Hablando, en vez de callando.

No necesito un salvador; sencillamente, tú no puedes salvarme de la batalla que estoy librando.

Quiero verte. Y quiero saber si queremos lo mismo.



Soñadora, a photo by Tonymadrid Photography on Flickr.

miércoles, 27 de abril de 2011

Orografía

Se sorprendió cayendo por uno de sus huecos, uno cuyo mapa mentía dándolo por lleno o marcándolo como poco más que un escalón, y en su caída volvió a arañarle en un intento desesperado de sujetarse para no volver a ahogarse en lágrimas. Con lo tranquila que había caminado últimamente por esos rincones, aquel agujero la pilló desprevenida. Y se asustó de su magnitud.

Y por enésima vez recordó que es difícil que una de sus tormentas se disuelva sin más, sin llover y sin algún que otro trueno, una vez que comienza. Que fueron esas lágrimas no lloradas las que formaron lagos en su interior, y que aunque ya no quede mucho de todo aquello todavía tendrá que seguir mirando por dónde pisa cuando camine por ciertos lugares de su mente. Por ella misma, pero también por él.

Y le recordó, con la cara arañada y su brazo extendido, mirándola con calma.

Y pensó en los años en los que otros se situaron lo suficientemente cerca como para oír su risa pero lejos de su alcance si tropezaba...

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jueves, 14 de abril de 2011

Stuttgart

A pesar de que he visitado muchas menos de las que me gustaría, me encantan las ciudades centroeuropeas. Disfruto paseando por sus calles donde se respira su historia, viendo sus gentes con rasgos tan característicos, buscando restaurantes donde vayan pocos turistas para poder probar a qué sabe realmente la comida del lugar... Hay una luz diferente en cada una y todas tienen sus propios olores. Me encanta estudiar sus planos y trazar rutas en ellos. Quizá son más silenciosas cualquiera que pueda visitarse en España, y en algunas de ellas es prácticamente imposible encontrarse un papel en el suelo.

Todo eso me gusta mucho, pero lo que realmente me hace ilusión es que esta vez voy a conocer contigo ciudades y paisajes que no conocíamos ninguno de los dos. Esto será nuevo, pero no nuevo de esta vez, sino nuevo de verdad. Para ambos.

Igual que cuando viajamos hace veinte años.

imagen de Sylvain Dudoit

lunes, 11 de abril de 2011

Días de fiesta

Ya entramos en la estación en la que en esta ciudad chiquitilla y norteña no se sabe si va a amanecer un día frío, ya es primavera o el verano se adelanta a sus fechas un poco despistado, pero el aire ya lo delata. Ya hemos dejado atrás el invierno.

Huele a la hierba que ha vuelto a crecer, a las flores que brotan como locas de un día para otro, a los primeros rayos de Sol, pero no de ese Sol tibio de invierno, sino a ese que calienta de verdad y que incluso hace buscar la sombra a la gente que se toma las primeras cervezas en las terrazas de las plazas que hace unas semanas estaban casi desiertas y en las que ahora no cabe un alfiler, llenas de padres sin abrigos, de niños jugando y gritando y de abuelos sentados en bancos dejando pasar las horas.

Huele a reencuentros con viejos amigos, a encuentros con nuevas personas que abarrotan un presente al que saco chispas y también huele a futuras bienvenidas. Porque voy a hacer lo que me dijiste, vieja amiga, voy a dedicar unos íntimos minutos todos los días a hacerle saber que será bienvenida.

(Sospecho por qué me lo propusiste: porque era justo lo que necesitaba oír para poder terminar de curar mi herida... Aunque solo haya hablado contigo una vez en dieciocho años, de algún modo voy a echarte de menos.)

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miércoles, 6 de abril de 2011

Mirar una orquídea

No hace falta que te explique que, a simple vista, a cualquiera le parecería que las orquídeas nacen ya con esas preciosas flores simétricas y un poco extrañas, delicadas pero evocadoras de íntimas anatomías. También está de más que te diga que es posible que alguien que haya convivido con una afirme después con gesto torcido que su apariencia oculta una planta parásita, que penetra la corteza del árbol al que se aferra y succiona su savia. Pero tú sabes que ella vive sin molestar al árbol donde crece, del que únicamente toma prestada como soporte alguna de sus ramas. Sus raíces epifitas no dañan al árbol, están al aire, recibiendo así la humedad y los nutrientes que necesita.

Pero las orquídeas no siempre vuelven a florecer una vez que se les han marchitado las preciosas flores con las que llegan a casa. Eso sí, son muy resistentes y pueden aguantar años en forma de curiosa planta sin tallo, sin morir pero sin parecer lo que realmente son. El secreto está en mirarlas, pero no de cualquier manera. Hay que mirar sus hojas detenidamente, observar si sus raíces tienen humedad, girar suavemente sus flores por si algún pequeño insecto las martiriza oculto a la vista... pero sobre todo -y esto me lo dijo un niño que sabe mucho de plantas- el secreto radica en encontrar su sitio. "Si no les va bien un lugar, hay que ponerlas en otro sitio y ver si mejoran. En el sitio adecuado, normalmente vuelven a florecer..."

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lunes, 4 de abril de 2011

¿Qué quieres...?


- ¿Has escrito algo?
- No...

Vengo a este lugar para no tener que depender de mi memoria -igual que lo pensaste tú en tu isla-, porque sé que al final se me desbarajustan los recuerdos y los hechos, se colocan en el calendario de cualquier manera y luego no consigo ponerles pies ni cabeza. Y eso que ya te he dicho que ahora presto más atención, pero soy consciente de que mi mente y sobre todo mi corazón no organiza el tiempo en una línea, por eso uso éstas que escribo, borro, pongo, quito y dejo, aunque no siempre me resuenen ni sean certeras. Aunque a veces duelan tanto.

También me gusta que leas mis palabras cuando la alternativa sería mirarte a los ojos en silencio.

Pero no sé muy bien por qué vienes tú... Entiéndeme, el porqué más allá de las razones evidentes. ¿Qué quieres saber?

Dime... ¿qué quieres que te escriba?

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The best things in life are free

Las mejores cosas de la vida son gratis. O cuestan solo lo que una entrada a un concierto, y generan un recuerdo que coser al tejido de la memoria, igual que una pequeña joya mágica que aumenta su brillo cuanto más se mira.

No sé muy bien qué pasó en esas dos horas. No me sabía las letras, no conocía todas las canciones. Ni siquiera tenía claro qué era lo que allí se quería mostrar. Imágenes y sonido en estado puro, eso fue lo que ocurrió. Eso fue lo que me impresionó.

Y eso fue lo que viste cuando me miraste. Porque estabas allí, conmigo, formando parte de otra cuenta de esas que te insisto que ahora coso con tan sumo cuidado a mi memoria.

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martes, 29 de marzo de 2011

Siberia

Dentro de este océano de conexiones existen islas desiertas de náufragos voluntarios, heroínas de cómic ocultas y nunca olvidadas, hermosas ninfas, Hombres Valientes, románticos maquinistas e incluso mujeres que sueñan con saltar del tren haciendo pirivueltas con palabras.

Y también está Siberia.

Es curioso, ese lugar me resulta familiar en cierto sentido. Yo no sabía que vivía en un lugar tan gélido hasta que miré por la ventana y vi la luz del Sol. En ese momento mi corazón levó anclas, yo desperté del coma y volví a sentir la vida correr por mis venas.

Hay que tener cuidado, porque la ensoñación ocurre poco a poco, sin querer, sin ruido, sin hacerse notar... la temperatura baja demasiado despacio como para darse cuenta.

Hasta que la sensación de calor se olvida.

imagen de Sofarsocute @ flickr.com

lunes, 28 de marzo de 2011

Eras sí, pero ahora...

Eso de que fueras quien fuiste y ahora seas quien eres para mí tiene curiosos resultados en mi mente cuando me pongo a comparar palabras, hechos y fechas aunque no en mi corazón, que es el mismo que te quiso entonces y te quiere ahora y que no entiende de años ni de tiempos verbales. Y lo digo porque me asombra que pequeños gestos al alimón, tan diminutos e insignificantes en el origen, puedan tener como consecuencia cambios inimaginables, como el mismísimo efecto mariposa, o mariposas más bien, y además en el estómago. Fíjate, a estas alturas y viendo fuegos artificiales...

Hablo ya del presente por fin, el único tiempo que tenemos de verdad. Han dejado de interesarme los porqués sin respuesta, las horas grises de las tardes sin conversación y las mentiras que me hirieron mucho más tarde y que ahora se deshacen en el polvo en que se convirtió el amor sin palabras y egoísta -si es que eso puede existir- que creí tener hace siglos. Ahora vivo mirando alrededor, no hacia atrás, por eso soy capaz de ver los detalles, no los mismos que tú lamentas poder llegar a perderte, sino los que me maravillaron en aquellos años y los que me maravillan ahora, por ejemplo en un número, en una forma, en un párrafo que me haga llorar, en una ciudad por visitar, en un olor tan familiar, en una flor o en el teclado del piano que tocas mientras leo algunas tardes...


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martes, 22 de marzo de 2011

Perigeo

Han pasado siete días, una alerta nuclear, un cambio de estación y un fin de semana comiendo y bebiendo no tan lejos de casa... un poco de vida en modo presencia física y sin ese mar de fondo que se había empeñado en instalarse entre nosotros y removernos los momentos de calma.

Ahora navego tranquila por las horas que paso en nuestra casa, por las conversaciones destensadas que acaban en carcajadas cómplices, por mi mente descansada como el Mediterráneo un día de verano y por blogs como el de algún que otro antiguo amigo que se convirtió con los años -seguramente lo fue desde el principio- en un auténtico Hombre Valiente.

La última vez que la Luna estuvo tan cerca como hace unos días fue en marzo de 1993. Qué casualidad, ¿verdad, mi querido náufrago?

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martes, 15 de marzo de 2011

Batallas ganadas

Has ganado tu batalla. Preparaste el terreno y la estrategia, y con un poco de ayuda de la casualidad, te dirigiste con paso firme a la contienda.

Y aunque a los ojos inexpertos la contienda no fue tal, no era esa la que me preocupaba, sino aquella otra que se libró durante semanas en tu mente y tu corazón, esa en la que yo no podía ayudarte.

Pero ya la has ganado, y ahora debemos descansar, porque todavía nos queda algo de camino. Pero eso es la vida, ¿no? Un camino con ciertos riesgos y muchos momentos dulces que hay que saber paladear.

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lunes, 7 de marzo de 2011

Huecos que llenan de sitio

Cada pequeño recuerdo lo tengo cosido a la memoria con un hilo frágil en mi caso, y me imagino la parte trasera de mi mente como una red de pequeñas cuentas, algunas valiosas, otras sin ningún sentido, desordenadas dentro de una organización de la que a veces no logro adivinar los criterios. Hay algunas que me gustaría descoser, aunque entonces yo no sería la misma. Y hay otras que se me perdieron y que lloro cada vez que me quedo mirando el hueco que delata su ausencia en el tejido. Con ellas sí que yo sería la misma, pero con la ventaja de comprender algunas cosas que tendré que dejar pendientes en mi mente y mi corazón el resto de mi vida.

Es un poco como tú y yo. Estamos hechos de huecos pero que nos sirven para ir llenándonos de sitio aunque parezca contradictorio. Nuestra historia también está llena de cosas que faltaron, en algunos casos palabras, en otros tiempo, en otros un poco menos de orgullo... y sin embargo no sé qué pesó más al final, si lo que tuvimos o lo que perdimos. Quizá al final fuera mejor no dejarlo dicho todo.

Solo sé que ahora lo complicado está alrededor, pero entre tú y yo todo es mucho más sencillo. Era cuestión de comprenderlo. Parece fácil, ¿verdad?...

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